Después de siete meses, por fin se terminó la casa…
¿Recuerdan la foto de llegó la
arena?... Pues, de esa foto a ésta, como os digo han pasado siete meses...
Hace una semana que ya vivo en la
nueva casa, ha costado mucho esfuerzo, con muchas dificultades e imprevistos,
pero ya está.
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Salón, comedor, cocina, y muc |
Con la casa, llega un nuevo
período. Creo que tener este espacio es importante, primero a nivel personal,
es tener un espacio propio donde llegar después del trabajo, donde relajarse y
recargar fuerzas para seguir adelante. Donde recordar cada rostro, cada mirada,
cada gesto y agradecer porque al día siguiente podré encontrarme de nuevo con
él. Donde traer a la memoria la sonrisa de los niños y también, porque no
meditar las desilusiones y desacuerdos.
Es el lugar donde poder compartir
con los amigos, donde tomar un café y conversar, sobre su vida y mi vida, donde
compartir y seguir aprendiendo.
Pero también es lugar de misión.
La casa está en el terreno de la capilla que acompaño. Era importante tener una
presencia constante en la zona, presencia que no había sido muy duradera. La
gente demandaba tener esa presencia, que se viese que la capilla estaba viva,
que como iglesia estamos al lado de la gente que nos lo pide. Pero no es tarea
fácil, hay desconfianza, malos entendidos y sobre todo no hay una involucración
plena de la comunidad con la capilla, no sé si aún no la sienten como suya.
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Capilla del Carmen, donde está la casa |
Desde este nuevo lugar
intentaremos que esa presencia sea significativa, que nos vean preocupados por
sus demandas y sus inquietudes.
Podré acompañar más de cerca a
los niños del centro de apoyo pedagógico, a los niños y jóvenes de la
catequesis, a los niños y jóvenes del centro juvenil y asistir más constante al
colegio, donde pretendo coordinar actividades y encuentros.
Sé que no es tarea fácil, pero
hoy estoy feliz porque tengo mi casa y eso ya es un gran paso.
Así que ya sabéis, tenéis un lugar donde tomar un café si os dais un paseo por el Alto.
Por cierto la inauguración fue con un cocido (a estilo Alteño), y un vino y pisco Chileno (cortesía de la Hermana Verónica, que también solicitó el cocido, porque recordaba a Ocasha por su paso por Potosí, y en el espacio de saludos, me pide Verónica, que mande un saludo a Manuel, Fernando, Adriana y compañía)
Un abrazo
José Adolfo