Hace tiempo
que no os compartía que tal me va en el nuevo proyecto, así que en esta entrada
os contaré en que acompaño y estoy haciendo en Pedernales.
Estoy en un
Centro de Nutrición (llamado “Divino Niño” e inserto en un barrio, loa Cayucos,
de los más empobrecidos del pueblo). Recién se acaba de abrir para la atención
de niños/as entre 5 y 10 años con desnutrición. Estoy llevando el área social,
acompañamiento a las familias y a los niños/as, pero también ahora estamos
viendo la organización y la programación, lo normal de los comienzos.
Jóvenes celebrando la Resurrección |
Tenemos dos
tandas de niños/as, los de la mañana y en la tarde que son alrededor de 97 más
o menos. Además de venir a comer, les preparamos una hora y media en que le
damos formación: Refuerzo escolar, lunes y miércoles; Despertar cristiano, los
martes; Temas importantes, como los derechos del niño, los días
internacionales, nacionales o locales,…; y los Viernes son lúdicos con lectura,
pintura, cine y algunas cosillas más.
También damos
formación a los padres los domingos, en diversos temas: higiene, nutrición,
comunicación, resolución de conflictos, salud,..
Además,
también estoy acompañando la Pastoral Social con el estudio, seguimiento y
acompañamiento de algunos casos, sobre todo de migrantes haitianos a los que se
les apoya y se les ayuda a vivir más dignamente.
En la
parroquia, Nuestra Señora de la Altagracia, hay que tener en cuenta lo
organizada, dinámica y activa que es, tenemos casi todas las pastorales y cada
día tenemos actividades pastorales.
Vigilia de Resurrección |
Esta semana
santa, como la pasada fue diferente, no subí a la loma, me quedé en Pedernales
acompañando la Pastoral Juvenil, muy diferente a lo que tenía acostumbrado en
España, jóvenes (más bien adolescentes) con ganas de vivir la Pasión, Muerte y Resurrección
de Jesús. Ha sido un gran regalo estos días. Tengo que compartirles también lo
cómoda y lo bien que estoy en la Parroquia, no solo por la comunidad que me ha
acogido muy bien, sino también por el Padre Antonio (por cierto de mi diócesis
de Ciudad Real) por la comunidad de Altagracianas y de las Mercedarias de la
Caridad, tengo una nueva familia, aunque el equipo estemos lejos. Con Pedro nos
vemos a menudo hacemos por compartir espacios, tiempos y llamadas.
Se me olvidó comentar
que al igual que hacía en Jimaní, acompaño a algunas mujeres migrantes a
aprender a tejer y coser para poder producir monederos, aretes, pulseras,… y
venderlas con el fin de sacar algunos pesitos para la familia.
Sigo estando
en frontera, sigo estando con empobrecidos, migrantes y dominicanos, sigo en el
Sur, … Feliz, contenta, adaptándome al nuevo proyecto pero segura y confiada
que Papá Dios me quiere aquí.
Ya os seguiré
compartiendo, gracias como siempre por la oración.
Pues sí, no falta el trabajo... ¡y eso nos da alegría a quienes andamos por acá... medio desinflados! Un abrazo solidario.
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