Estos días hemos
estado revisando nuestro actuar en la capilla, tanto en la parte de
celebraciones, sacramentos, etc., como en el centro juvenil. Y yo me he quedado
con varias reflexiones:
Es tiempo de
adviento y el adviento nos invita a preparar nuestro corazón y nuestras
comunidades al gran acontecimiento de la encarnación, un tiempo de renovación
personal y social, porque esperamos el nacimiento de Dios; un Dios niño,
humilde, humano. Un Dios que quiere nacer pobre entre los pobres.
Gloria |
Es tiempo de
reconocer nuestra debilidad, solos no podemos. Necesitamos de las personas, de
todas las personas e instituciones, sabiéndolos a ellos protagonistas de su
propia transformación.
Es tiempo de no
acomodarnos, de intentar crecer. Las celebraciones de estos días en la capilla,
nos han llenado de alegría y esperanza. Queremos
ser un centro que esté al lado de los más necesitados, de los más indefensos.
Sobre todo el trabajo con niños y jóvenes que requiere de mucho amor y
paciencia, sabiendo que no es tiempo de cosecha, sino de sembrar. Un centro
donde los valores evangélicos se vivan en comunidad.
Grupo de la capilla en el festival de teatro y música del colegio |
Queremos salir
más al barrio, al colegio, ya lo hemos hecho, pero queremos más. Por eso, hemos
participado en las actividades del colegio, además de los talleres, el grupo de
niños de la capilla fue invitado al festival de teatro y música, donde se
promocionan los valores socio-comunitarios y religiosos y ahora comenzaremos
actividades de vacaciones, donde los niños y jóvenes puedan disfrutar
durante las vacaciones de un espacio de acogida y amor.
Queremos ser una
capilla de puertas abiertas, donde todos quepan, donde no rechazaremos a nadie
y menos a un niño o joven que viene con
toda su dura vida a cuestas.
Queremos estar
atentos a cualquier voz, a cualquier huella, que nos dé luz para seguir el
acompañamiento de la comunidad que Dios puso en nuestras manos; de todo y de
todos se puede aprender.
Primera comunión |
Queremos ser
consecuentes con nuestro compromiso de fe, si Dios se hace pobre, ¿Dónde mejor
podemos esperar su venida, sino entre sus preferidos?, así preparar nuestro
corazón para reconocer en cada niño y joven a ese Dios niño pobre. Y si Dios
nos preguntara ¿Quieres que mi hijo nazca en tu casa?, podamos dar una
respuesta consecuente, una respuesta desde nuestra vida.
Un abrazo
José Adolfo
Una manera sencilla de seguir al Papa Francisco hacer la misión según la "Evangeli Gaudium". Leyendo me acordaba de algunos fragmentos de la exhortación que tanta luz nos da a la misión.
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