Os escribo el Domingo de Resurrección desde el pueblo de Copán Ruinas, en Honduras. Muy cerca de la frontera con Guatemala. Llevo algo más de un mes en el país y me gustaría compartir con vosotros mis primeras impresiones.
Cuando llegué al aeropuerto de San Pedro Sula, mis
compañeros de OCASHA, Lucía y Jesús, me estaban esperando. De ahí fuimos
directamente a Tegucigalpa a conocer la sede y algunos de los recursos que
Acoes (la organización para la cual estamos realizando nuestra tarea misionera_ACOES Honduras – Asociación Colaboración y Esfuerzo)
tiene en la capital hondureña que se dedica a la promoción de la educación
entre la juventud hondureña (centros infantiles, centros de capacitación,
residencias de estudiantes, escuelas…).
Tegucigalpa es una ciudad hostil. Gran parte de sus colonias
(barrios) están controladas por las pandillas, que llevan a cabo actos
delictivos. En este contexto, Acoes trabaja con la juventud de las zonas más
desfavorecidas, dándole una oportunidad para salir del círculo de la pobreza y
la delincuencia.
Después, rumbo a Copán (copan
honduras - Bing Mapas), nuestro destino en la misión. Allí Acoes tiene una
residencia Populorum Progressio, espacios para que la juventud de las zonas
rurales del país pueda completar su proceso de formación. Las aldeas que
configuran el municipio, están por lo general mal comunicadas y con
dificultades para acceder a servicios básicos.
Las escuelas en las aldeas solo llegan hasta sexto curso. Si
un joven quiere seguir formándose, tiene que enfrentarse a diferentes
obstáculos, empezando en muchas ocasiones por la propia familia, que no ve en
la educación un medio para el progreso de sus hijos.
La residencia Populorum es un espacio donde las jóvenes de
la zona que quieran seguir estudiando, tienen la oportunidad de hacerlo. Desde
aquí se les brinda ayuda y un acompañamiento integral, tanto en las tareas
escolares, como en el área espiritual o en la convivencia diaria.
Otro aspecto muy interesante del trabajo, es que se colabora
con la educación de los niños de las familias más desfavorecidas de las aldeas
de alrededor con dos proyectos: Becas y Maestro en Casa. Ambos pretenden que el
proceso educativo de los menores no se trunque por la falta de recursos de sus
familias.
Estos días, viviendo la Semana Santa en el pueblo, he
pensado mucho en cuántos crucificados todavía hay en este mundo que clama de
dolor. Pero no podemos quedarnos solamente en la cruz, ya que creemos en un
Dios que resucita y vence a la muerte. Como decía Pedro Casaldáliga, los
cristianos tenemos dos opciones: o VIVOS o RESUCITADOS.
Os deseo a todos una feliz Pascua de Resurrección y que el
Señor nos ilumine siempre en nuestro caminar.
Un abrazo fraterno.
Alfonso
Un saludo y mucha paz y fuerza, desde Murcia.
ResponderEliminarFernando Bernabé