Hoy por fin se han restablecido
en Jimaní el internet y las compañías es teléfono que nos tenían de lo más
incomunicados. Además por fin (después de varios días) tenemos en casa luz y
agua. Y es que el paso del huracán Isaac, son las únicas consecuencias que a
nosotros nos ha causado, somos de lo mas afortunados. Como leísteis en la nota
de prensa que Pedro compartió, otras personas ha perdido sus casas,
pertenencias, su cosecha y/o animales,… vamos casi todo, porque en esta zona
Gracias a Dios, no se han perdido vidas. Y
es que aquí estas fuerzas de la naturaleza arrasan, y las casas hechas de
madera y zinc no ayudan mucho a la hora de refugiarse y estar a salvo.
En
el día de hoy además he estado en contacto con un caso de lo más duros que he
vivido acá. Patricio es un señor de unos 42 años, a mi juicio le hubiera dado
como 60 de lo “estropeado” que se le ve. Pertenece al grupo que acompañamos desde
el SJM, son los migrantes agrícolas de Boca de Cachón. Él tiene una enfermedad
degenerativa desde hace unos años, es haitiano y sin documentos. Pues bien,
Patricio se encontraba el pasado sábado en la casa en la que vive, por llamarlo
casa porque está hecha pedazos, cuando en medio de una corriente de aire se le
cayó un bloc de cemento en la cabeza. Tutú, un joven de la organización lo
llevó al médico de allá y de ahí lo trasladaron al Hospital de Jimaní.
Patricio
esta sin movilidad desde entonces en brazos y piernas, le han dado una
derivación para hacerle mas pruebas al hospital de Barahona. El problema está
también en que Patricio no tiene ningún familiar en la zona, tan solo una
hermana en Baní (cerca de la capital) de la que solo sabemos el nombre y por
donde puede vivir, nada más porque desde que le robaron el celular no ha podido
conseguir otro y no tiene el numero de su hermana. El resto de su familia está
en Haití. Él ha estado todo este tiempo solo en el hospital, excepto las
visitas de Tutú y mi compañero Johnny anoche. Esta mañana Johnny nos ha contado
el caso para ver si lo podemos ayudar de algún modo. Hemos podido ayudarlo a
que llegue a Barahora, el medico lo analice, lo estudien, lo estabilicen y ayudarlo
a solicitar el programa de regreso voluntario a Haití. Esta mañana me hecho
cargo yo del caso al no poder Johnny por otros compromisos laborales. Me he
sentado con Patricio esta mañana a que el me contara como fue todo, hemos hablado
como es su vida, como sobrelleva la enfermedad y quienes componen su familia.
Por
fin hemos podido ver como enviarlo a Barahona y que una persona se haga
cargo de el en el Hospital de allá, así
que en la tarde e ido a darle la noticia y estar presente en su salida en la
ambulancia. Cuando le doy la noticia, se puso feliz, se alegró mucho y me
bendijo mientras estaba leyendo su biblia ya destrozada de tanto leerla,… (Cosa
que me hace pensar en porque tengo la mía tan cuidadita,… ¿será porque la
leemos de modo diferente?) Pues bien, me pongo a ver sus pertenecías y prepararlo
para irse, en una simple silla estaban sus pantalones, la radiografía que le
habían hecho, 50 pesos y nada más. Empiezo a echar en falta su camisa, que el
me comenta que la traía puesta. Pregunto a la enfermera y me dice que como
estaba tan sucia la tiraron. ¡¡Pero como que la tiraron!! Este gesto me
molestó, no solo porque es una pertenencia que sin preguntarle siquiera han
desechado, sino el modo de decirlo “estaba demasiado sucia” y pienso yo,
normal, venia lloviendo, con sangre e inconsciente, pero lo mínimo es preguntar
¿No? Pero no voy al hecho de que la tiraran sino que lo tienen con el solo
pañal y se lo pretendían llevar así a Barahona. Me fui a conseguirle algo de
ropa y cuando por fin regreso me dicen que como apenas se puede mover que ya lo
tienen en la ambulancia con una sábana únicamente, pero bueno, ¿Es que la
dignidad de la persona ni tan para ir vestido da? Disculpadme el “mal humor”
con el que lo comparto, pero son los modos y las formas de referirse a él, como
lo tratan hablando de el delante sin ni tan siquiera mirarlo y encima escuchar
que “no, si yo no soy racista, creo que él es igual que yo,…” no señora, si
fuera igual que usted el trato seria otro muy diferente. Pero bueno, solo me
quedo con la cara de felicidad que llevaba, de poder irse a ser tratado por fin
y verse pronto con los suyos, cuidado y tratado verdaderamente como Patricio merece,
con dignidad y amor.
El día con
todo esto vivido ya ha sido de lo más completo, la verdad, si no fuera porque
en el mismo hospital me encontré con una chica de otro de los grupos que
acompañamos, la saludé y le pregunté si estaba ahí por salud. Ella se giró y
señalo a una muchachita de unos 22 años, que estaba sentada y con una mirada al
infinito. La saludo y apenas de responde. Cathrina, me comenta que ha ido a
acompañar a su amiga porque anoche recibió una paliza de su pareja, ella además
está embarazada de 3 meses y tiene dos hijos, que la habían atendido y que la
acompañaba al Ministerio de la Mujer. No ha sido la primera vez que lo ha denunciado,
la primera vez en el proceso de detención del agresor fue pagada su fianza por
el mismo patrón para el que trabaja,…y después ya os podéis imaginar la
dependencia y la pobreza hace volver para poder dar de comer a los hijos,… si
piensas y meditas sobre todo ello, solo te das cuenta que es la pescadilla que
se muerde la cola…
Ya
sé que pensareis que estoy de lo más negativa, pues así es. Hoy es un día de lo
mas duros, de los que hay cosas por poner en su lugar, por meditar, pero desde
luego pedir a Dios fuerzas para poder acompañar a estar personas como merecen. Se
siente una mal, por varios factores: por sentirme impotente, por no saber que
hacer y decir para ayudar, por sentirme cabreada con el sistema publico de este
bendito país y hasta por la educación y formación personal tan deficitaria que
tienen las personas que no pueden ver al otro como un verdadero hermano, igual
en todo aunque los colores sean diferentes,… Sé que solo es un mal día después
pienso que hay que seguir trabajando, luchando, rezando y siendo testigo del
Amor de Dios en donde estemos y ahora toca aquí. También rezar por las personas
que aquí quieren trabajar, y trabajan, porque se cambie para una sociedad mas
igualitaria y digna para todos. Así que mañana será otro día y traerá su afán,
eso sin duda.
Me acordaba de
una amiga, ella me contaba que su hija que es negra cuando era pequeña le
preguntaba que porqué lo era si toda la familia era blanca. Ella le respondía
que papá Dios al colorearnos ponía mucho empeño y amor, pero con algunos se
quedó sin ceras,... pues eso pienso yo en este lugar, Dios nos quiere a todos y
desde luego a los haitianos que están en este lugar lo ama y los quiere
muchísimo. Solo pido poder estar a la altura de ser acá las manos, los pies y
el corazón de Jesús para con mis hermanos y hermanas tanto haitianas como
dominicanas.
Unidos en la
oración por un mundo más justo donde el Reino de Dios se haga presente en cada
persona, me despido hasta otra.
Inma.
Hola compañeros,
ResponderEliminarcreo que todos conocemos esa sensación de impotencia, de rabia: "¿Señor, quieres que mandemos bajar fuego del cielo para que los consuma?" Y sin embargo, en estos momentos somos nosotros los que tenemos que llevar paz y, sobre todo, esperanza. ¡Denunciemos las injusticias como si Jesús fuera a venir esta tarde a arreglarlo todo! ¡Abrazos para los dos!