Desde el SJM todos
los meses estamos dando una serie de charlas a los migrantes en el marco de un
proyecto. Estas tratan temas como derecho a la documentación, los mecanismos de
denuncia en las violaciones de los derechos humanos tanto para organizaciones
mixtas como para las que sólo participan mujeres. También hemos realizado un encuentro
intercomunitario de mujeres migrantes. Para que entendáis a donde quiero llegar
le podemos unir lo que en otros momentos he compartido sobre el papel de la
mujer, el que son las más pobres entre los pobres porque además de ser pobre,
migrante, (que no es poco)… es mujer.
La semana pasada estuvimos
Pedro y yo en la comunidad de Tierra Nueva para poder impartir la charla de
mecanismos de denuncia a mujeres en la violación de derechos humanos. En el
grupo también estaban sus parejas y como es normal, muchos niños. Para que os
hagáis una idea este grupo es de los más vulnerables que tenemos, viven
prácticamente en el campo, todos viven en casitas de madera, tejado de zinc y
cada día deben ir a buscar el agua a otro lugar porque ahí no llega, mucho menos
la luz. Eso unido al gran destrozo que han hecho las tormentas tropicales y los
huracanes. La mayoría de ellas y ellos pertenecen a la Iglesia Betel allí hacemos
las reuniones y donde los pastores, el matrimonio compuesto por Margarita y
Maxó, trabajan incansablemente por el bienestar de los migrantes en la zona.
El caso es que
ninguna y ninguno sabían qué se conmemoraba esos días, no sabían que existía un
día para reflexionar sobre ese tema, de hecho no sé hasta qué punto ellas y
ellos tienen el mismo concepto de violencia del que tenemos nosotros. En la
misma charla surgió el tema de no levantar la mano a ninguna mujer. ¿Sabéis qué?
Algunos de los hombres presentes reconocieron que las tenían que pegar, que lo hacen porque las quieren, pero que es así
como aprenden. ¿Fuerte, verdad? No quiero con esta reflexión a valoraciones
de si son así, que si los argumentos más normales son esos,… no pretendo eso.
Mi reflexión va más por otro lado.
Por otro lado, yo
al ser mujer y ya la única mujer dentro del equipo se nota la sociedad tan
machista en la que estamos inmersos, cuesta luchar por que te vean como una
igual, porque no lo sienten así para nada. El caso es que desde que estoy acá
me he dado cuenta de lo que me hace reflexionar la vida de las mujeres, lo luchadoras
que son, lo que me enseñan cada día. Lo que queda por hacer, lo que te tiene
que seguir luchando por esa igualdad, por darle dignidad de persona, un puesto
en la sociedad,… lo comentábamos Pedro y yo, los argumentos que le daban en la
charla, “es que si no, no aprende” ¿Aprender a qué? Cada día tengo que ver como
mujeres se tienen que escapar de casa y regresar a Haití sin que sus parejas se
enteren, que se lleven a sus hijos o los dejen con una vecina, que estén en el
hospital con la boca totalmente rota porque no tenía la comida a tiempo,… es
muy duro ver eso de cerca cada día.
Pero también veo a
mujeres llenas de vida, de música, de color, luchadoras, convencidas que son
ellas quienes pueden cambiar las cosas. Con ellas me quedo, porque son ellas
las que ayudan a las que no lo ven así, porque han sido fuertes para romper con
todo y salir adelante. Me encanta esos días en que nos sentamos por las tardes
en el grupo y salen conversaciones del día a día, que me preguntan si estoy
casada, si tengo hijos, si él me gestiona el dinero o decide qué ropa ponerme,…
se aprende tanto escuchando¡¡¡¡ Todas son creyentes de diferentes iglesias, y
todas, todas dan las gracias al terminar la reunión a “Bon Die” (en Kreyol,
Buen Dios) por lo que les regala y les da cada día.
Espero que al igual
que a nosotros este mes nos ha servido para rezar mucho por ellas y dar las
Gracias a Dios por lo que nos ha dado, os sirva a vosotras y vosotros para
poder seguir trabajando estemos donde estemos por esta igualdad real entre los
seres humanos, hombres y mujeres de Dios.
Saludos, Inma.
Mucho camino nos queda por recorrer en el tema de la mujer, la igualdad apenas traspasa el discurso, la realidad aun dista mucho.
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