Saludos
a todas y todos,
Les escribo
desde la casa de María y Roger, en Sabaneta, donde acaba de terminar la misa y
todo el mundo se ha acercado a hablarnos de Miguel, Paloma, Marta y Amparo. Es
una gozada ser parte de esta familia, por tanto ahí van os saludos, besos y
abrazos de todas y todos ellas/os. El sentir que esta familia Ocashiana crece,
se llena de otros aportes y frescura. Así que bienvenidos María y Roger y
gracias, Pedro, Lola, Tomé y familia.
En estos días
de cuaresma, también me animo a compartirles una historia, sencilla pero con
mucho por mover, o por lo menos a mí.
Tengo una
compañera, que para mí es toda una luchadora, ella ha tenido cuatro hijas con
su compañero, hasta que hace unos tres años se separaron, bueno los pormenores
de los porqués se intuyen, pero no quisiera entrar en ese tema.
Ella, mujer
luchadora en dar una buena educación y unos buenos valores a sus hijas, ha
pasado a ser una persona que ha trabajado por su familia, por la Pastoral
Materno Infantil en su barrio “caliente” de la capital y por seguir estudiando
y formándose.
El pasado
miércoles de ceniza, me pidió salir antes del trabajo para poder estar un
tiempo antes en la parroquia y prepararse ya que había decidido comulgar
después de que decidiera separarse de su compañero. La Iglesia en Republica
Dominicana, en muchas parroquias se les niega la comunión a las personas
divorciadas, no casadas por la Iglesia,… en fin como si solo unos pocos fueran
los que pueden participar de la Eucaristía.
Me impactó el
escucharla con tanta sencillez, el contarme como ha sido su proceso personal,
el dejar de pensar en esos “fardos pesados” que demasiadas veces les echamos a
los demás y a nosotros mismos, sin mirar con los ojos que Jesús miraba, con la
mirada de misericordia y amor que Dios nos tiene.
Esta cuaresma,
para mí está siendo diferente, hay que vivir esta conversión, pero en este año
me surge mas en mi oración, el porqué no dejar de cargar los pecados en los
demás, el ver los míos como pecadora perdonada, con el amor que merece también
mis pecados, viviendo hacia donde los tengo que ir cambiando, limando, haciendo
penitencia,… pero sin culpa frustrante sino con la libertad que nos da el
sentirme hija de Dios, creada por El, y aceptándome con todo, todo lo que forma
parte de mi.
Quizás no es
un compartir mucho del proyecto, pero me apetecía compartir con ustedes esta
historia y lo que ello me aporta.
Feliz Pasión,
Muerte y la gran Resurrección.
Un besazo,
Inma.
Sí, siempre tenemos oportunidades para convertirnos y abrir nuestro corazón, sin juzgar a quienes piensan o viven de otra manera. Feliz Pascua.
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