viernes, 19 de abril de 2019

MARICARMEN ESCRIBE DESDE JIPIJAPA

Hola a todos, ahí va mi  vivencia, relato de la misión en Jipijapa  

En nuestra acogida e integración con el pueblo manabita y con la comunidad de la Parroquia de Santa María Madre (Faes y Parrales)  y sus comunidades  ha sido desde el inicio de una manera sencilla y progresiva, cómo creo que ha de ser cuando se llega a un lugar y a una comunidad . El papel de los dos padres, padre Paco de la Cruz, párroco, y padre Miguel René,  ha sido clave  por su cercanía y por su interés en que conociéramos  la  comunidad y su caminar como comunidad creyente de la que se nos ha presentado su Programación Pastoral de la Diócesis y de la Parroquia:Año de la Solidaridad-Marzo 2019-Febrero 2020, dentro del Plan Pastoral.

El padre Paco nos propuso reunirnos de vez en cuando, y nosotros apoyamos el encontrarnos una vez  al mes para compartir cómo nos encontramos, cómo va nuestro caminar compartido… El día 21 fue ese primer encuentro. 

 Lo de la Programación me ha resultado algo denso y demasiado diversificado en actividades, pero que poco a poco espero  ir conociendo mejor su organización ( grupos,función,objetivos, sectorización…) y así ir  comprendiéndolo y conociendo en profundidad. Ha sido un tiempo de estar, observar, tomar nota, escuchar, callar, preguntar, participar en lo que nos piden y ofrecernos, un ir caminando, donde mi paso occidental más ligero ha tenido que desacelerarse e ir con más paciencia.

Hemos sido presentados a la comunidad parroquial, a los distintos grupos ( Catequesis, Grupo de jóvenes,  Red de mensajeros, Cáritas, Juan XXIII,) así como a algunas  comunidades o recintos : Julcuy, comunidad más antigua, Albarracal, Bella vista, El Anegado, El Beldaco, El Páramo…  de un total de 72 comunidades o recintos que son parte de la parroquia de Santa María Madre, responsabilidad de estos padres. Esas comunidades las he visitado acompañando a los padres que iban para celebrar misa, sepelio,  fiesta del santo de la comunidad… Casi siempre me he apuntado para ir con ellos a esos lugares, pues puede ser un campo de servicio, tarea. Estas realidades de pequeñas comunidades me han hecho revivir el servicio prestado en  Santa Rosa, Piaui.

Mi tarea o servicio aún no está definido, y quizás no va a estar aún  totalmente,  pues  debo estar  en ese tiempo de escucha, observación, conocimiento…, el padre párroco nos  ha sugerido nuestra presencia en las  zonas: Mike, en Faes y yo, en Parrales, con lo que estuvimos de acuerdo;  ver la posibilidad de tratar temas que interesen, preocupen a universitarios y/o jóvenes de un colegio, jóvenes, formación de catequistas, talleres de Cáritas…,oratoria (Talleres con niños por las vacaciones)  Viacrucis de los Viernes y nuestra primeras celebraciones de la Palabra. En este  momento  vamos participando en los últimos  grupos mencionados  y en las actividades de Cuaresma. Mi soltura en la celebración de la Palabra ha de mejorar y en ello estoy. El resto del tiempo lo dedico a visitar algunas familias, a la oración, a leer, a ir pensando y elaborando  temas  que voy a necesitar más adelante…

Acabando con las presentaciones deciros una  más oficial, la semana pasada en la que nos recibió el auxiliar eclesiástico, que hace las funciones de obispo, Monseñor Eduardo Castillo, quien había firmado nuestro compromiso misionero.

Hace unos días en  el recinto o aldea de San José a la que fuimos por motivo del día de la festividad del santo, a la que  acompañamos  en el Vía Crucis que estaban celebrando para finalizar con la celebración en honor de S.José “ tuve el honor de “sembrar  papaya” en la bajada a la comunidad por una ladera  pendiente y  resbaladiza por las lluvias de la noche anterior. Sólo fue un pequeño susto que luego se vio recompensado con ser participante, ¡y ganadora¡  en uno de los juegos que habían organizado.

Después de este tiempo aquí mujeres, familias que participan de las celebraciones en Santa María Madre  se acercan a saludarte, a preguntarte cómo nos encontramos y cómo nos tratan deseándote que te encuentres bien, siendo a veces muy conversadoras, sobre todo las mujeres ancianas que visitas pidiéndote que vuelvas para conversar.

Voy finalizar con las palabras con las  que me sorprendió una de las agentes de  pastoral, María Auxiliadora,  que atiende no sólo su comunidad, el Páramo, sino otras comunidades y/o recintos ,algunos no tan  cerca de ese lugar, que recorre andando, pues no tiene plata para hacerlo de otra manera, y que puede hacerlo porque su marido le da permiso para ello, según me dice uno de los  padres. Al llegar a aquella comunidad me dirijo hacia ella para saludarla y le pregunto ¿Es usted la catequista de esta comunidad? Y responde: “Hago cualquier cosita ;pausa; sigo a Jesús” le dirigí una sonrisa  de complicidad, pues no me salían palabras.

Besos y abrazos.
   

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