Reflexiones
alrededor del mensaje del papa Francisco par el DOMUND 20121
De nuevo, la jornada del DOMUND me recuerda que un día fui misionero. Es algo que a todos nos llena de satisfacción, independientemente de que lo hiciéramos bien o mal, de nuestros aciertos o errores. A pesar de los años sigue siendo un día especial, como nuestro santo o nuestro cumpleaños.
Este año el papa nos ha regalado un mensaje, que a los miembros de
Ocasha-CCS nos debe llegar a lo más profundo de nuestro corazón (
Comienza diciendo: "Cuando experimentamos la fuerza del amor de
Dios, cuando reconocemos su presencia de Padre en nuestra vida personal y
comunitaria, no podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído",
¡Cuantos recuerdos! ¡Cuantas páginas se podrían llenar con todo lo que
hemos visto y oído en estos años!
Aunque estaría mal llamarlo recuerdos, porque sigue vivo, forma una parte inseparable de nuestro ser, y, de vez en cuando, nos golpea con fuerza para recordarnos que tenemos la obligación de compartir lo que hemos visto y oído con los que nos rodean.
Porque yo he visto grandes prodigios. He visto la alegría, la
generosidad, el sacrificio, la disponibilidad en aquellas hermanas que vivían en
el medio de la selva atendiendo a los indígenas, He sentido la religiosidad, el
compromiso, de aquellas seglares que vivían en una casita, por cierto llena de
murciélagos por la noche, al lado del Orinoco. He visto a mi obispo compartir
su casa con los indígenas que venían a vender cestas a la ciudad. Y muchos
prodigios más.
Ahora, que estoy escribiendo esto, se me agolpan las imágenes, sus voces
llenan mi cabeza. Como a todos vosotros, supongo.
¿Y luego?, ¿al volver a España?, han sido muchos años, muchos testimonios.
Estoy profundamente agradecido de haberos conocido, he visto en cada uno de los
miembros de OCASHA-CCS la presencia de Cristo, os lo digo de corazón y sin
ánimo de adularos. Cada uno a su modo,
pero vuestras historias merecen ser contadas y, si fuéramos capaces de
transmitir todo lo que hemos visto y oído, todo lo que hemos sido y somos sin
duda seriamos capaces de cambiar muchas cosas.
En otra parte del mensaje el Papa nos dice: "Contemplar su testimonio misionero nos anima a ser valientes y a pedir con insistencia «al dueño que envíe trabajadores para su cosecha» (Lc 10,2), porque somos conscientes de que la vocación a la misión no es algo del pasado o un recuerdo romántico de otros tiempos.
En alguna ocasión, hemos oído que nos seguíamos reuniendo por nostalgia,
por sentirnos a gusto. No es cierto. Con nuestra dificultades y limitaciones
seguimos manteniendo esa vocación misionera.
Y no puedo terminar sin recordar otra parte del mensaje: "Es su Palabra la que cotidianamente nos redime y nos salva de las excusas que llevan a encerrarnos en el más vil de los escepticismos: “todo da igual, nada va a cambiar”. Y frente a la pregunta: “¿para qué me voy a privar de mis seguridades, comodidades y placeres si no voy a ver ningún resultado importante?”,". Frente a esa pregunta que, quizás, nos formulamos cada día, la respuesta, como individuos o como asociación, la tenemos reflexionando sobre lo que hemos visto y oído.
Felipe Ranilla
Miembro de Ocasha CCS-Castilla La Mancha
Director de la Escuela de Misionología de Madrid
Muy acertadas palabras Felipe. Para mi es muy importante mantener el contacto con los compañeros en misión y no perder la llama de la vocación que nos ayuda a ser testitos en nuestra vida cotidiana. Lo que hemos visto y oido nos anima a desechar la visión mercantilista de los resultados, a vivir la vocación misionera con "don".
ResponderEliminar