martes, 31 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO



Hola Compañeros,


La Navidad es un periodo de nostalgia y de añoranza de la familia cuando uno esta a miles de kilómetros de las personas a las que más quiere. Por eso, el pasado 25 de Diciembre estuvimos todos los miembros de Ocasha en casa de Lola celebrando su cumpleaños y compartiendo un rato juntos. Da mucha tranquilidad y mucha paz el saber que hay personas que te quieren y que te hacen la vida más fácil en la misión, que velan por ti, que se preocupan y te aceptan con tus defectos y con tus virtudes.

Tuvimos recuerdos para tod@s los que estuvieron, los que están y los que estarán de misión (la comida dió para mucho). Sobre todo fue un momento de compartir, de vivir, de sentirnos en familia.

Desde los 8,000 Km de distancia que nos separan solo puedo deciros en mi nombre y en nombre de los compañeros que estamos en Rep. Dominicana:

"Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo".

Gracias por ser parte y por dejarnos formar parte de esta gran familia llamada OCASHA.

Os queremos, un fuerte abrazo

lunes, 23 de diciembre de 2013

Rompiendo esquemas

Desde que estamos viviendo en Cochabamba, no dejamos de romper nuestros esquemas por muchas razones y no deja de ocurrirnos, al principio por unas razonas y ahora por otras, pero sigue siendo una constante.... El otro día fue a Luis a quien le sucedió:
Se fue al Hogar Creamos y allí estaba una señora de Sapanani (una comunidad de la montaña de Cochabamba) con su hija, con discapacidad intelectual. Mayte, la directora de Creamos, le pidió a Luis que se entrevistase con la madre, para saber cómo ayudarla y Luis accedió sin problemas.

Fiesta en el Preefa
La primera barrera fue el idioma, porque ella sólo hablaba quechua, pero tuvo la suerte de que Eugenia, una trabajadora del hogar, le hizo de intérprete. Luis estuvo preguntándole qué hacía la niña, cómo era, y ella le fue contando, hasta que Luis, sin saber ya qué decir y aconsejar, porque en esa zona no hay colegios de educación especial, tampoco centros de atención temprana y no van a bajar hasta la ciudad para que la niña tenga algún tipo de terapia...así es que se le ocurrió preguntarle, ¿y en qué te podemos ayudar, qué necesitas? y la mujer le contestó -"ladrillos y cemento".....sí, ladrillos y cemento....porque quería construirse un baño, porque hasta ahora no lo tenían en casa...Nunca nos habían respondido esto en una entrevista a una familia con algún hijo con discapacidad y fue un gran choque....lo que siempre nos ha servido, las preguntas y respuestas que ya tienes automatizadas se quedan vacías, sin sentido para esta realidad, la de las zonas rurales de Bolivia...y entendimos la importancia del modelo de RBC (Rehabilitación Basada en la Comunidad), un modelo de trabajo que intenta llegar a todas las personas con discapacidad, para conseguir su inclusión en la comunidad, intentando que puedan desarrollar al máximo sus capacidades. 

Es un gran reto para nosotros cambiar nuestros modos de mirar y trabajar con las personas con discapacidad, pero es fundamental en este contexto, donde cambian prioridades, necesidades, posibilidades.... la vida entera es diferente. Así es que para el año que viene tendremos nuevas miradas y estrategias...o eso intentaremos.

Feliz Navidad desde Bolivia y que podamos cambiar nuestra mirada

lunes, 9 de diciembre de 2013

NAVIDAD

La liturgia de la misa de Navidad comienza con unas palabras de Isaías: "Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado". Estas palabras, a nosotros, que trabajamos y vivimos con niños en situaciones difíciles, y por lo que hemos vivido en los últimos días, nos interpela y nos hace pensar sobre el sentido de nuestra misión.

Pero quiero detenerme en lo que sucedió, esa misma noche, justo antes de que naciera… “No es mi problema” o… “que Dios te ampare” o… “a mí que”… podrían ser algunas de las expresiones con las que los vecinos de Belén, recibieron a María y José cuando iban pidiendo alojamiento. No deberíamos olvidar que aquel Niño que iba a nacer venía a "su casa".

Pero ellos, los vecinos de Belén, no fueron los únicos que lo rechazaron. Cuando Juan, dice: “Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron”, supongo no está hablando, únicamente, de las puertas de Belén: está hablando de las puertas de todas nuestras casas, de nuestras ciudades, de las puertas de nuestra historia, y sobre todo de las puertas, de nuestro espíritu, que es donde Él quería venir a vivir.

Quizás por el gozo del nacimiento, no nos hemos parado a pensar mucho en este aspecto de la Navidad: en el portazo dado a Dios.

Estos días, en Bolivia, las noticias nos hablan de casos de niños abusados, maltratados, violados y hasta asesinados, y la televisión, nos lo muestran con todo lujo de detalles, a veces demasiado escalofriantes y con mucho morbo. Pero más escalofriantes son los datos dados por la defensoría de la niñez, Según la defensoría de la niñez de Bolivia, 14.000 niños, jóvenes y adolescentes han sufrido abusos en algún momento de su vida, el 90% de estos abusos, se realiza en el entorno cercano: colegio, familia… Sin hablar de la despreocupación y abandono en el que viven muchos de los niños y jóvenes en su casa.

Algo de esto hemos vivido muy de cerca estos días, una chica de 13 años a la que han intentado violar y un chico de 13 atropellado por un coche. Son dos niños de nuestro centro. Afortunadamente en el caso de la niña, no se consumó la violación y el niño está bien, pero su vida nos habla de un nuevo portazo en Navidad.

El niño vive con su madre, abuela y hermanos. Él no viene algunos domingos porque con sus 13 años, tiene que hacer la comida para él y su hermanito de 6 años. El domingo pasado al intentar cruzar una avenida, un taxi lo atropelló, fuimos a verlo, y antes de que se lo llevaran al hospital, su única preocupación es que su hermanito estaba solo en la casa. Fuimos a su casa, y su madre salía para vender en el mercado, le dijimos lo que había pasado y su cara no fue de preocupación…

Estos niños, como aquel de Belén, se quedan en el frío de la soledad, escuchando como se cierran las puertas a pocos centímetros de su frente.

El Dios que vino a su casa en Nochebuena era un niño, y el que tuviera que buscarse un corral para nacer, el que tuvieran que recostarle en un comedero de animales no es una anécdota, es un símbolo o una realidad que se repite en muchos niños abandonados, trabajadores…

No quiero amargar la fiesta, pero si la iglesia y el evangelio nos lo recuerda en este día, es por algo.
A pesar de todo, o quizá por esto mismo, Navidad es nuestra fiesta más alentadora, llena de esperanza, alegre, familiar...

Porque es para  alegrarse, que este Niño, al que le hemos dado con la puerta en las narices, no haya hecho su rabieta, no se haya marchado para siempre, sino que siga queriendo volver a nuestra casa, a “su casa”.

Es motivo de alegría, porque Navidad es la fiesta que nos recuerda que Él, sigue viniendo y llamando a nuestra puerta, esperando nuestra respuesta y, el día que nosotros queramos, entrará para quedarse.

Para nosotros, Navidad es volver a ver el rostro de ese niño que nació en Belén, en cada niño de nuestro centro, de involucrarnos más cada día, en intentar llevar un momento de felicidad a sus vidas. En hacerles ver que son queridos, que son importantes, que en nuestra capilla y en nuestro centro, siempre estará la puerta abierta para ellos. De fortalecernos en el sentido de nuestra misión.

Y el Niño (nuestro niño) volverá a llamar. Un día le dejaremos entrar. Nos daremos cuenta, por fin, de que nuestra casa, era y es su casa.