miércoles, 20 de diciembre de 2017

NAVIDAD FUERA DE CASA

Saludos, Familia. Ésta será la primera navidad fuera de casa.

Sinceramente, a falta de llegar la nochebuena, pensaba que la iba a vivir con muchísimo más desánimo. Que la nostalgia pesaría demasiado. Y aunque la soledad es un sentimiento que todo misionero enfrenta de una u otra manera (os prometo que hablaré de ello en otra entrada) no está siendo así este diciembre.

Es tal y como dijo Jesús: Y todos los que por causa mía hayan dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o terrenos, recibirán cien veces más, y también recibirán la vida eterna. (Mateo 19: 29) Lo he "dejado todo", pero no he perdido el amor y el cariño de mi gente. Aún desde la distancia sé que me quieren y que rezan por mí y por la misión que estoy llevando a cabo. Y además he conocido gente maravillosa que me ha abierto las puertas de su casa y un huequito en sus vidas.

Estoy seguro de que la nochebuena y la navidad serán muy diferentes... Pero lo vivo de igual manera que vivimos los cristianos el adviento. Con esperanza. Con la esperanza de que la distancia y el tiempo no borran ni difuminan el amor hacia mi gente de España. Con la esperanza de que en medio de aquí donde Dios me ha puesto, nacerá Jesús. 

martes, 19 de diciembre de 2017

UN NUEVO RETO: ENSEÑAR NUESTRO IDIOMA


Como vengo contando desde hace varias semanas el trabajo que como misionero de OCASHA-CCS tengo que hacer atiende aspectos muy diferentes. Hoy quiero hablar de las clases de castellano que damos en Boca de Cachón y Tierra Nueva. 

Ya he contado como el equipo del Servicio Jesuita con Migrantes de Jimaní, trabaja en distintas comunidades de la zona. En cada una de ellas existe un grupo de migrantes que son nuestro objetivo. Cuando empezamos a trabajar con ellos nos dimos cuenta de una realidad: la mayoría no habla bien el idioma. Y, por supuesto, casi ninguno lo lee o lo escribe. Algunos de ellos llevan muchos años en el país, pero su  nivel de integración es directamente proporcional a su manejo del idioma. Ante esta realidad nos planteamos el reto, porque lo creímos necesario, de ofertarles la oportunidad de aprender a hablar, leer y escribir en castellano (ellos los llaman dominicano o español).

No todos los grupos respondieron positivamente ante la oferta, de hecho sólo dos comunidades nos pidieron que una vez a la semana pasáramos dos horas de la tarde con ellos aprendiendo.
Todos los miércoles de las tres de la tarde a las cinco nos desplazamos, quince minutos en moto, a la comunidad de Boca de Cachón para compartir, con quienes desean aprender castellano, ese tiempo. Las clases se imparten en la capilla de la Iglesia Católica de la localidad. Empezamos en agosto y hasta el momento tenemos unos quince participantes, en su mayoría mujeres.

De la misma manera, los jueves de las cuatro de la tarde a las seis conducimos nuestra moto, durante otros veinte minutos en otro sentido, a la comunidad de Tierra Nueva. Allí también nos esperan otros quince o veinte migrantes (aquí la distribución de hombres y mujeres es más equitativa) en la Iglesia Evangélica y nos adentramos en el aprendizaje del castellano.

La metodología es básica y los medios también. Mediante tarjetas van conociendo las letras, las sílabas y las palabras, para más tarde empezar con las frases. Todo gira en torno a la realidad de sus vidas. Los términos son usuales y las conversaciones son cotidianas. Todo ello aderezado con un poco de buen humor y con mucha participación.

Una característica de los dos grupos es que hay diferentes niveles, pero aprovechamos esta circunstancia para involucrar a los que más saben en el aprendizaje de los que saben menos. De tal manera que unos son el apoyo de los otros y potenciamos así la solidaridad y la posibilidad de que cuando no podamos estar nosotros ellos sigan aprendiendo. También estamos motivando para que conforme van adquiriendo un nivel se matriculen en la enseñanza oficial. Todo va poco a poco, pero sin pausa.

Aún estamos comenzando con estos grupos, pero la respuesta es muy entusiasta y muy participativa.

lunes, 4 de diciembre de 2017

VISITA DE SEGUIMIENTO Y FORTALECIMIENTO A GRUPOS DE MIGRANTES HAITIANOS

Siguiendo con las líneas de trabajo que tiene el Servicio Jesuita con Migrantes de Jimaní, donde OCASHA-CCS tiene a uno de sus misioneros, destaca el trabajo que se hace con los grupos de migrantes de las localidades de Bartolomé, Boca de Cachón, El Limón y Tierra Nueva. Cada quince días la abogada del Servicio, Lic. Rosaidy Isaura Novas Pérez, visita las comunidades para dar seguimiento y fortalecimiento a los grupos. El objetivo es empoderar a las organizaciones acerca de sus derechos para que dialoguen con las autoridades sobre la búsqueda de soluciones a las problemáticas de sus comunidades y el resultado que pretendemos es que las organizaciones de migrantes se fortalezcan institucionalmente para que incidan en la gestión de las necesidades de sus comunidades. Todo este proyecto está financiado hasta marzo del 2018 por MANOS UNIDAS. 



La dinámica de las visitas es la siguiente:

Se da la bienvenida a los participantes y se invita a que uno de ellos realice una breve oración para comenzar la actividad. Dentro de los grupos de migrantes tenemos católicos y protestantes.
A continuación la abogada Lic. Novas abre un pequeño espacio de retroalimentación. Entre todos se recuerda lo tratado en las visitas anteriores o en los talleres que se hayan realizado. Se refuerzan conceptos y se aclaran dudas.
Seguidamente se escuchan las diferentes inquietudes de los migrantes, así como se dan respuesta a sus preocupaciones y problemáticas.
Por último, se toman acuerdos para la siguiente visita. Con esto se levanta la sesión y se da por finalizada la visita.

Las localidades están cercanas, se tarda en llegar en camioneta desde quince minutos a media hora de Jimaní.

Los grupos de migrantes tienen una antigüedad que va de los ochos años hasta los cuatro y el número de participantes varía según la localidad, oscilando entre los sesenta y los veinte miembros.


También, a pesar de ser todos migrantes haitianos, cada comunidad tiene sus propias características y los procesos no siempre son homogéneos.

Es un trabajo lento y laborioso, donde uno de los componentes más importantes, a parte de la dedicación y la profesionalidad, es la paciencia. Lo que crees que has avanzado en un mes, luego en un día tienes que volver a recomenzar. También tenemos que lidiar con la falta de sentido de la puntualidad y con la inconstancia. Independientemente de nuestros objetivos lo que más les interesa a ellos, los migrantes, es su situación documental, y regularizada ésta pierden el interés en el grupo. Aunque siempre regresan cuando de nuevo tienen que legalizar su situación.




VISITA DE SEGUIMIENTO Y FORTALECIMIENTO A GRUPOS DE MIGRANTES HAITIANOS

Siguiendo con las líneas de trabajo que tiene el Servicio Jesuita con Migrantes de Jimaní, donde OCASHA-CCS tiene a uno de sus misioneros, destaca el trabajo que se hace con los grupos de migrantes de las localidades de Bartolomé, Boca de Cachón, El Limón y Tierra Nueva. Cada quince días la abogada del Servicio, Lic. Rosaidy Isaura Novas Pérez, visita las comunidades para dar seguimiento y fortalecimiento a los grupos. El objetivo es empoderar a las organizaciones acerca de sus derechos para que dialoguen con las autoridades sobre la búsqueda de soluciones a las problemáticas de sus comunidades y el resultado que pretendemos es que las organizaciones de migrantes se fortalezcan institucionalmente para que incidan en la gestión de las necesidades de sus comunidades. Todo este proyecto está financiado hasta marzo del 2018 por MANOS UNIDAS. 



La dinámica de las visitas es la siguiente:

Se da la bienvenida a los participantes y se invita a que uno de ellos realice una breve oración para comenzar la actividad. Dentro de los grupos de migrantes tenemos católicos y protestantes.
A continuación la abogada Lic. Novas abre un pequeño espacio de retroalimentación. Entre todos se recuerda lo tratado en las visitas anteriores o en los talleres que se hayan realizado. Se refuerzan conceptos y se aclaran dudas.
Seguidamente se escuchan las diferentes inquietudes de los migrantes, así como se dan respuesta a sus preocupaciones y problemáticas.
Por último, se toman acuerdos para la siguiente visita. Con esto se levanta la sesión y se da por finalizada la visita.

Las localidades están cercanas, se tarda en llegar en camioneta desde quince minutos a media hora de Jimaní.

Los grupos de migrantes tienen una antigüedad que va de los ochos años hasta los cuatro y el número de participantes varía según la localidad, oscilando entre los sesenta y los veinte miembros.


También, a pesar de ser todos migrantes haitianos, cada comunidad tiene sus propias características y los procesos no siempre son homogéneos.

Es un trabajo lento y laborioso, donde uno de los componentes más importantes, a parte de la dedicación y la profesionalidad, es la paciencia. Lo que crees que has avanzado en un mes, luego en un día tienes que volver a recomenzar. También tenemos que lidiar con la falta de sentido de la puntualidad y con la inconstancia. Independientemente de nuestros objetivos lo que más les interesa a ellos, los migrantes, es su situación documental, y regularizada ésta pierden el interés en el grupo. Aunque siempre regresan cuando de nuevo tienen que legalizar su situación.




domingo, 3 de diciembre de 2017

ACOMPAÑAMIENTO Y FORTALECIMIENTO DE GRUPOS JUVENILES

El Servicio Jesuita con Migrantes de Jimaní, donde como miembro de OCASHA-CCS estoy llevando a cabo mi labor de misionero, tiene desde el mes de abril un proyecto financiado por MANOS UNIDAS que en una de sus líneas de acción abarca los grupos juveniles que hay en la zona. Se pretende acompañar y fortalecer los grupos juveniles para que se empoderen y puedan tener una presencia real y activa dentro de su localidad.

Los grupos juveniles con los que trabajamos son: un grupo de la Iglesia Católica, otro de la Iglesia Evangélica y el grupo Jóvenes Luchando por la Paz en la Frontera (JLPF). Todos ellos son de Jimaní y están compuesto por jóvenes desde los quince años, tanto dominicanos como haitianos. El monitor que les acompaña de manera directa es mi compañero Yasmani Méndez Pérez, joven psicólogo es ciernes y natural de Jimaní.



Todas las semanas estos grupos tienen reuniones para trazar sus actividades y nosotros les acompañamos como facilitadores. Además durante estos meses hemos tenido con ellos diferentes actividades que a continuación señalaremos por orden cronológico:

  • Cineforums cada dos meses.
  • En Junio tuvimos un Taller de Derechos Sociales y una merienda convivencia con los padres de los jóvenes en el Moll de Jimaní.
  • En Agosto junto con un Taller de Participación Social fuimos invitados a la graduación de Bachiller de la mayoría de ellos.
  • En Septiembre además de un Taller de Interculturalidad tuvimos también un encuentro convivencia familiar en un balneario llamado el Dique en Duvergé.
  • En Octubre las actividades fueron un Taller de Identidad, Autoestima y Proyecto Personal, así como otro Taller de Valores Familiares para los jóvenes y sus padres.


El proyecto finaliza en Marzo del 2018, todavía nos quedan muchas actividades por hacer, hemos pasado la mitad del período del proyecto y aún es pronto para poder establecer resultados definitivos, pero los jóvenes van respondiendo. Donde tenemos más carencias es en la participación de los padres. Siempre vienen los mismos, pero sonpocos y a pesar de que son muy participativos, estamos animado a los jóvenes para que involucren más a sus progenitores en este proceso de formación.




jueves, 16 de noviembre de 2017

Carlos desde Jimaní

Saludos, Familia. Soy Carlos García, sobre el papel, soy misionero de OCASHA. Pero además de eso, en esencia, soy un joven con sed de servir.


A través de este blog me gustaría que conocieseis la realidad de experimentar a Dios tal y como yo lo estoy haciendo. así que esta entrada es para explicar cuál es mi papel aquí.


Las primeras semanas fueron de inmersión. Mi compañero Juan y yo viajamos a lo largo del país, conociendo a los distintos misioneros católicos de españa (tanto de mi asociación, como de otras; laicos, sacerdotes, religiosas…) Para formar un lazo fraternal, al compartir el mismo sentir misionero. También tuvimos oportunidad de ver el trabajo de distintos centros sociales jesuitas dentro de República Dominicana, en especial en la zona fronteriza.


Esos primeros meses fueron muy difíciles. Y la dificultad no era por el clima, la comida, o las diferencias culturales (estas diferencias no son evidentes. sólo las notas en los detalles y en los matices) sino por el hecho de no tener cerca mío a mi familia, amigos, mi pueblo. La nostalgia dolía mucho, en especial en esos momentos en los que el trabajo que haces parece no tener sentido.


El tiempo fué pasando, y he visto cómo Dios no me ha abandonado en ningún momento. A través de todos los momentos de dificultad, el apoyarme en su palabra ha sido un motivo de esperanza. Ahora siento fuerzas renovadas cada día, y una alegría aún mayor si cabe que la que tenía en España. Y eso se debe a dos cosas principalmente:


Primero, cuando encuentras personas con las que compartir tu fe, tus vivencias y tus esperanzas. Con la que compartir la Eucaristía, y momentos de oración.


Segundo, cuando encuentras un sentido a la labor que estás haciendo, y puedes comprender que cada paso que das y cada día que vives es una nueva oportunidad de servir a Dios y llevar su Palabra, allí donde el Señor te ha puesto. Y he dicho sentido, que no fruto… sembramos con gozo, y los resultados se los dejamos al Espíritu.


Vivo en la ciudad de Santiago de los Caballeros. La segunda más grande de República Dominicana. No es una ciudad tal y como la conocemos en España. Aquí hay mucha inseguridad, violencia, desigualdad social y difícil acceso a cosas tan básicas como agua corriente, luz o salud en condiciones. Mi trabajo aquí es con jóvenes, y podría decirse que se divide en dos vertientes:


La parte social, donde estoy trabajando como promotor de jóvenes en el centro social CEFASA. Mi labor aquí es capacitar y dar herramientas a los jóvenes para poder analizar la realidad sociopolítica que los rodea, siempre a la luz y valores del Evangelio, y una vez comprometidos con ésta realidad, les ofrecemos alternativas para ser agentes de cambio entre sus seres queridos, compañeros de estudios y trabajo. A la larga tenemos la esperanza de conseguir un país más justo por medio de las nuevas generaciones emergentes.


La parte espiritual es más un misionero “al uso”. Visito grupos de jóvenes, capillas, iglesias y parroquias, catequesis, pastorales… acompañando a éstos en sus procesos. Un ejemplo de este trabajo sería consejero espiritual de distintos coordinadores de pastoral juvenil, y líderes de jóvenes, analizando las problemáticas sociales y espirituales a las que se enfrentan, y buscando juntos en la Palabra y por medio de oración respuesta a estas problemáticas. Es mucha responsabilidad, pero estoy maravillado y contentísimo con este aspecto de la misión.


No todo es fácil a día de hoy. Me enfrento a problemas que nunca antes imaginé tener que enfrentar (por ejemplo, dos huracanes). Aún hay cosas por mejorar en mi vida como misionero, como jóven, como cristiano: pero es un proceso y un camino que estoy haciendo.


Quiero darte las gracias por leerme. Por la oportunidad de permitirme expresar cosas para las que es muy dificil encontrar palabras. Rezo para que nuestro señor use mis buenos y malos momentos compartidos con los jóvenes dominicanos para que tú crezcas en el amor del Dios de Jesús,


Y si no es mucho pedir,.. pon a la juventud dominicana en tus oraciones. Quizá así puedas ver más adelante en el blog cómo Dios nos usa para hacer crecer su Reino.


Un abrazo.

domingo, 12 de noviembre de 2017

EN EL JARDÍN BOTÁNICO


Dentro del objetivo de empoderar a los jóvenes de Jimaní en la promoción y protección del Medio Ambiente, se vio de interés la visita al Jardín Botánico de Santo Domingo para disfrutar y descubrir directamente una de las riquezas del país. El viaje se comenzó a las tres de la madrugada, previamente se había alquilado un autobús para que nuestravisita. El número de los participantes en el viaje fue de doce (cuatro hombres y ocho mujeres). Después de cinco horas llegamos a desayunar a la capital. Paramos en la Plaza de la Bandera y allí comimos unos sándwiches que nosotros mismos preparamos y visitamos el monumento a la Bandera y al Soldado Desconocido. Continuamos nuestra visita con una parada en el Centro Olímpico para ver las instalaciones y hacer hora para entrar en el Jardín Botánico. A las once, hora de la cita en el Jardín Botánico, estábamos entrando en el Museo del mismo, donde se nos mostraron los diferentes ecosistemas que se dan en nuestra Isla. Durante la visita al museo contamos con el acompañamiento de uno de los encargados del Jardín, quien nos fue explicando cada ecosistema y atendió a todas nuestras preguntas. Cada ecosistema está representado por un montaje fotográfico y físico que crea una realidad de cada una de la zona. Además está documentado con animales disecados de cada ecosistema y muestras de su riqueza botánica. Finalizada la visita al Museo pasamos a recorrer el Jardín Botánico en un Tren que efectúa todo un recorrido por el mismo. En el Tren también contamos con una guía que fue describiendo y mostrando cada una de las variedades de árboles y plantas con las que nos íbamos encontrando. El Jardín Botánico tiene una extensión de dos kilómetros cuadrados, es el más grande del Caribe, y cuenta entre sus características con un jardín japonés,considerado como uno de los más bellos del continente. En el jardín japonés hicimos una parada más extensa para poder disfrutarlo sin prisa y en todo su esplendor. Visitamos el pabellón de las orquídeas, así como los pabellones donde están los viveros y donde se realizan investigaciones botánicas. La visita duró hasta las tres de la tarde. Desde el Jardín Botánico pasamos en el autobús al Malecón donde comimos y descansamos visionando una película. Posteriormente, ya al atardecer, nos desplazamos hasta la Zona Colonial para conocer esa parte de Santo Domingo (Catedral, Dominicos, Alcázar, Plazas y Calles)Nos sorprendió la lluvia en el recorrido lo que dificultó el ver más de esta monumental zona. A las ocho de la tarde emprendíamos el regreso hacia Jimaní, donde llegaríamos aproximadamente a la una y media de la madrugada. Los jóvenes valoraron muy positivamente el viaje, tanto por su contenido medio ambiental como por su acercamiento a la historia, la cultura y la realidad dominicana.




MOVIDA JUVENIL

A El Alto, La Paz, Bolivia llegan para establecerse muchas familias del campo, especialmente del Altiplano. “Jóvenes rompiendo fronteras” es un proyecto de la Compañía de Jesús cuyo coordinador nacional es Jose Adolfo Sánchez. 

En este link encontraréis información del proyecto y en este vídeo  testimonios de los jóvenes que están en el proyecto.



domingo, 5 de noviembre de 2017

EXPOSICIÓN AUDIOVISUAL “RUTAS ECOLÓGICAS” EN JIMANÍ.

Mi trabajo misionero tiene muchas facetas y hoy vamos a acercarnos a la promoción y protección del Medio Ambiente. Dentro de las líneas de trabajo y prioridades del Servicio Jesuita con Migrantes de Jimaní, está el conseguir empoderar a los jóvenes en la defensa de los Derechos Humanos y en la defensa del Medio Ambiente. Este año 2017 se ha venido haciendo un trabajo de conocimiento, promoción y protección de nuestro entorno natural. Hemos tenido con los jóvenes de diferentes grupos (JLPF-Jóvenes Luchando por la Paz en la Frontera, los grupos de jóvenes católicos y los grupos de jóvenes evangélicos) espacios de formación y salidas a conocer nuestra realidad medioambiental, para que más tarde ellos hicieran el efecto multiplicador en los centros de estudios de Jimaní, Boca de Cachón, Tierra Nueva, El Limón y Bartolomé.
 

Esta semana pasada los jóvenes organizaron lo que sería la muestra de todo este trabajo medioambiental: la Exposición Audiovisual RUTAS ECOLÓGICAS. Es una colección de 36 foto-murales y vídeos de sus experiencias tanto en el Lago Enriquillo (Reserva Natural de la provincia de Independencia), como en la Zona de los Hornos (Producción de Carbón), como el objetivo de sensibilizar a la población general y, especialmente, a la población estudiantil, de los efectos que el hombre causa en la Naturaleza.
 
La inauguración de la Exposición fue el día 31 de octubre del 2017 a las nueve de la mañana. Ha sido un éxito en afluencia de público y en realización. Los jóvenes organizadores han demostrado su compromiso y su convencimiento sobre la importancia de la preservación y cuidado de su entorno natural.





sábado, 28 de octubre de 2017

LUCHANDO CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD


Nada más llegar a República Dominicana nos vimos inmersos en una realidad que, desde un sector muy numeroso de la población del todo el país, luchaba por conseguir que se erradicara de todos los niveles la corrupción y la impunidad. Este movimiento se identifica con su actividad estrella LA MARCHA VERDE. Este color identifica la esperanza de que un día se consiga que todo, y en todos los aspectos, sea transparente y que se exija responsabilidad en los actos de cada uno de los ciudadanos, ocupe el lugar que ocupe en la sociedad. Era un movimiento que se iba gestando desde finales del 2016, se habían hecho actividades y personas de todo el país querían pacíficamente manifestar su rechazo a todo tipo de acción que encubriera la corrupción y facilitara la impunidad. Nos sumamos en marzo a nuestra primera MARCHA VERDE en Jimaní y sus alrededores. Fue una experiencia intensa, significativa, aunque no multitudinaria. La gente quiere cambiar la situación, pero tienen miedo a las represalias que su significación en esta actividad les puede acarrear. Pueden perder sus trabajos, pueden perjudicar a sus amigos y familias por su vinculación a esta actividad. No peligra la vida física en esta lucha, pero si su condiciones y sus prestaciones. 
Por supuesto, hay gente que arriesga y otra gente que teme. Hay gente que lucha y otra gente que espera que la lucha consiga beneficios para todos. Hay gente que lo que oye al oído lo pregona desde sus terrazas. Hay gente que son luz para iluminar y aportar cambios que acaben con posiciones enquistadas de corrupción e impunidad. También hay personas que no escuchan, que sólo buscan las tinieblas para actuar egoístamente y a beneficio propio. 
Seguimos después de meses apoyando esta lucha para poder conseguir mirar a los que vengan después de  nosotros con orgullo, esperanza y con  ilusión

lunes, 23 de octubre de 2017

FORMANDO EQUIPO EN JIMANÍ

El día 10 de septiembre hace seis meses que estoy en República Dominicana. Mi nombre es Juan Antonio, soy miembro de OCASHA-Cristianos con el Sur y misionero de la diócesis de Ciudad Real, nací en Manzanares. Quizá ya conozcáis algo de mis andanzas, pero hoy quiero centrarme en contar, después de este espacio de tiempo, lo que verdaderamente he descubierto que voy a hacer en estos tres años de misión en Jimaní. El proyecto que me trajo al sur de Dominicana es un Centro Social de los Jesuitas que trabaja con migrantes en esta zona. No es un proyecto nuevo, este centro lleva laborando muchos años y con resultados muy satisfactorios en el ámbito de la defensa de los Derechos Humanos y en la Promoción y Protección del Medio Ambiente. Las líneas de trabajo están claramente definidas y las metas trazadas. Lo que se nos ha pedido es que establezcamos un equipo autóctono que dé continuidad al proyecto. Anteriormente se ha trabajado con personas muy valiosas, pero casi siempre eran personas de fuera, ya de otros países como de otras partes del país. Bien, ahora se ha apostado porque yo sea el único que forastero en un equipo netamente de Jimaní, y que  mantengamos el nivel y la eficiencia en el trabajo. Éste es el reto y lo hemos asumido. De momento somos tres trabajando y dos apoyando en calidad de aprendizaje. Tenemos en el Centro una abogada, Rosaidy, que atiende todo lo que es el trabajo de asesoramiento legal a personas migrantes y a grupos de migrantes de Jimaní y las localidades aledañas (Boca de Cachón, Tierra Nueva, El Limón y Bartolomé), además organiza talleres de temas sociales (Derechos Humanos, Interculturalidad, Mediación de Conflictos, Autoestima,…), de herramientas organizativas y de incidencia. Todo enfocado a conseguir que los migrantes se integren en la sociedad dominicana y sean un aporte para el desarrollo de las poblaciones fronterizas. También contamos con un psicólogo en ciernes y bilingüe (castellano-creyol), Yasmani, que atiende todo el trabajo de formación con jóvenes y con la población dominicana de ascendencia haitiana, en la misma línea de defensa de los Derechos Humanos, la Participación Social y la Promoción y Protección del Medio Ambiente, pero con la peculiaridad de que sean la población más joven la que se empodere de los procesos de cambio en la sociedad dominicana. Ahora vengo yo como coordinador y administrador del Centro. Mi trabajo principal es mantener el equipo unido y dentro de los objetivos que marcan nuestra misión. Las últimas adquisiciones han sido dos jóvenes mujeres bilingües, Jivena y Camila, la primera está estudiando matemáticas y la segunda enfermería. Jivena nos van a apoyar en la administración y Camila en la formación de los grupos de migrantes. Es un bonito trabajo, pero lo que tenemos que comprender cada uno de los que conformamos el equipo es que somos hoy parte de este equipo, pero que ello no quiere decir que tengamos que perpetuarnos en él, y que siempre tenemos que hacer nuestro trabajo con eficiencia, pero sin ser imprescindibles y dejando siempre nuestro lugar cubierto y funcionando.

JIMANI

JIMANÍ, un puesto misionero de la frontera sur entre República Dominicana y Haití

Hace poco más de dos meses, en Manzanares, se realizó la ceremonia de mi envío misionero. Mi nombre es Juan para unos y Juan Antonio para otros, pero él mismo para todos. Quería que me conocierais por estas líneas y que por ellas compartierais conmigo esta nueva aventura misionera que comencé el día 10 de marzo. Anteriormente tuve otra experiencia misionera, estuve trece años en la selva amazónica peruana, en Yurimaguas, en un proyecto de radio educativa. Ahora en mi segunda experiencia se me ha dado la oportunidad de trabajar en Jimaní en el Servicio Jesuita con Migrantes y Refugiados. Jimaní es una localidad fronteriza con la vecina Haití, es una zona de paso de migrantes y de comercio binacional, con toda la problemática que estas localidades presentan en la violación de los derechos humanos y el abuso contra personas en situación vulnerable. Nuestro trabajo aquí es velar por los derechos de los más débiles, acompañarlos es sus necesidades y favorecer el entendimiento entre la población autóctona y la población foránea. Se trata,  por lo tanto, de trabajar la sensibilización en la igualdad y en la acogida al migrante, así como en la responsabilidad de éste en integrarse lo mejor posible en la sociedad receptora. El Servicio Jesuita cuenta con un equipo multiprofesional compuesto por una abogada y educadora, un promotor de jóvenes y de dominicanos de ascendencia hatiana bilingüe, un promotor de acompañamiento territorial que es abogado y periodista,  y un administrador, cada uno tiene un área de trabajo concreto, pero juntos conforman un mismo órgano de trabajo que hace frente de forma conjunta a la labor de la defensa de los derechos humanos. Todos son dominicanos y de la zona, mi trabajo es coordinar con ellos todo el trabajo que realiza el Servicio Jesuita desde una mística de Iglesia Universal y de opción preferencial por los más pobres. 
Ahora mismo estamos metidos en un proceso, a nivel nacional, de lucha contra la corrupción y la impunidad. La realidad política de República Dominicana se ha visto colapsada por el descubrimiento de una serie de actividades fraudulentas por parte de las autoridades que ha hecho que el pueblo dominicano no pueda continuar en silencio ante este comportamiento. Desde hace meses se ha creado espontáneamente un movimiento, desde todos los sectores de la población, la MARCHA VERDE que mediante manifestaciones, protestas y demandas quiere que se acabe con la corrupción y la impunidad imperante en el país. Desde el Norte hasta el Sur y desde el Oeste al Este de la Isla se han dado muestras pacíficas y ordenadas de querer que desde el gobierno se trabaje por la transparencia, el bien común y la justicia. La respuesta del gobierno ha sido de tachar de traidores y sediciosos a los que siguen el movimiento y de ser un grupo politizado y cuyo único objetivo es derrocar al presidente actual, Danilo Medina. Nada más lejos de la realidad, lo que se busca es esclarecer los hechos y que los responsables, sean quien sean, rindan cuentas ante la justicia. 
Nuestro Servicio colabora con las personas, organizaciones y asociaciones que luchan por la justicia social y, por tanto, estamos teñidos de verde desde Jimaní. Hemos participado en la  llevada de LA LLAMA VERDE por todo el país, una antorcha que quiere ser símbolo de la esperanza que todos los dominicanos tienen por conseguir acabar con la corrupción y la impunidad. Y el día 21 de mayo LA MARCHA VERDE llenará de esperanza las calles de Azua, ciudad centrica del sur del país, donde se manifestará la población.
Mi labor es acompañar este y otros procesos de esta índole, colaborar con el bienestar general de la población en la zona fronteriza, a veces con luchas locales y otras veces en movimientos nacionales, promoviendo el estado de derecho y, específicamente, las relaciones interculturales binacionales.
 Yo aún me encuentro en la fase de ver, de observar y de tener los ojos abiertos a una realidad que hasta hace poco tiempo me era totalmente desconocida. Poco más puedo decir sin caer en el error de hacer juicios sin elementos para ello. Espero conocer un poco más y compartirlo con todos, pero eso tomará un tiempo y todos tendremos que esperar.

domingo, 8 de octubre de 2017

JOVENES ROMPIENDO FRONTERAS

El mes de septiembre nos ha llegado con varias actividades, de trabajo y personales. Todas ellas muy gratificantes y esperanzadoras.

El servicio jesuita a migrantes Bolivia, tiene un programa para jóvenes: Jóvenes Rompiendo fronteras, que nos han encargado a ocasha. Durante todo el año, estamos trabajando en colegios (este año han sido ocho) de el Alto y en una población cercana Viacha. En los colegios y realizamos talleres y encuentros con jóvenes entre 14 y 17 años (en total alrededor de 200), trabajando el tema de la interculturalidad en contexto migratorio, algo que creemos importante porque El Alto es una ciudad esencialmente formada por inmigrantes (en su mayoría de zonas rurales, pero también de otras provincias y países.) 

Los jóvenes que llegan del campo, o los que han nacido en El Alto, pero sus padres si son de zonas rurales, sienten el choque cultural que supone un cambio de vida tan brusco.

El Alto tiene otra peculiaridad, es ciudad fronteriza con Perú y Chile, por lo que el intercambio de personas es constante. Si a esto unimos los roces y conflictos entre países, principalmente con Chile, nos da una sociedad tensionada por diferentes conflictos.

Hace tiempo que el Servicio Jesuita a Migrantes en Bolivia se planteó la necesidad de hacer algo al respecto y surgió la iniciativa de tener una misma formación con jóvenes, en los tres países, para crear relaciones pacíficas. Surgen así los encuentros Jóvenes Rompiendo Fronteras. Durante unos días alrededor de 90 jóvenes de Arica (Chile), Tacna (Perú) y El Alto (Bolivia) se reúnen y comparten formación, actividades sociales, conocimientos, juegos, bailes y mucho más.

Este año el encuentro se ha realizado en El Alto. Nos reunimos durante cuatro días. Comenzamos reflexionando sobre la diversidad cultural y las nuevas tecnologías. En la tarde fuimos de paseo por La Paz, donde realizamos diversas actividades de incidencia. Una de ellas, unirnos a la campaña de hospitalidad del servicio jesuita a migrantes en américa latina y el caribe #somos hijos, somos hermanos, somos humanos.
También pudimos repartir abrazos de paz, compartiendo y hablando con las personas de La Paz, que otra forma de relacionarse es posible. 

El sábado, devolviendo la solidaridad y acogida de El Alto, realizamos varios trabajos comunitarios en zonas desfavorecidas: En una parroquia pintamos la valla y comenzamos la construcción de unos baños. En dos colegios de fe y alegría hicimos un jardín y arreglamos un aula para niños de prescolar. Terminando el día con un APTHAPI, costumbre andina de compartir los alimentos entre los miembros de una comunidad. Compartiendo de forma sencilla y conociendo algo más de las costumbres del pueblo Alteño. Después del duro trabajo es hora de relajarse, en una fiesta donde se compartió baile y música. 


El domingo dimos gracias por lo vivido en una eucaristía compartida y vivida por todos. Fue momento de agradecer. Y de pasar la luz de este encuentro a Arica, Chile, donde se realizará el próximo año.
Estos encuentros, son un signo de esperanza, momentos y encuentros para ver como hoy, cuando la sociedad y el mundo están llenos de fronteras, un grupo de jóvenes se unen para derribarlas. Para ver cómo, con un poco de entusiasmo, con mucho amor y juventud, otra forma de relacionarse es posible entre pueblos. 
Para ver como Jóvenes de Chile, Perú y Bolivia siembran semillas de hermandad, paz y solidaridad. Para hacer realidad nuestro himno: "De cordillera al mar, desde el norte hasta el sur, han venido a cantar este himno de amor… Con los brazos abiertos nos mira Jesús, invitando a la paz y reconciliación".
Milenka y José Adolfo



DONDE DIOS ME QUIERE

Saludos, familia.

Creo que va siendo hora que sepáis cuál es mi función aquí, y cómo he vivido estos seis primeros meses en República Dominicana. La misión está siendo una oportunidad fantástica de trabajar para Dios, y lo más importante experimentar su cercanía de maneras que ni imaginaba.

Las primeras semanas fueron de inmersión. Mi compañero Juan y yo viajamos a lo largo del país, conociendo a los distintos misioneros católicos de españa (tanto de OCASHA, como de otras; laicos, sacerdotes, religiosas…) Para formar un lazo fraternal, al compartir el mismo sentir misionero. También tuvimos oportunidad de ver el trabajo de distintos centros sociales jesuitas dentro de República Dominicana, en especial en la zona fronteriza.

Esas semanas fueron muy difíciles. Y la dificultad no era por el clima, la comida, o las diferencias culturales (estas diferencias no son evidentes. sólo las notas en los detalles y en los matices) sino por el hecho de no tener cerca mío a mi familia, amigos, mi pueblo. La nostalgia dolía mucho, en especial en esos momentos en los que el trabajo que haces parece no tener sentido.

El tiempo fué pasando, y he visto cómo Dios no me ha abandonado en ningún momento. A través de todos los momentos de dificultad, el apoyarme en su palabra ha sido un motivo de esperanza. Ahora siento fuerzas renovadas cada día, y una alegría aún mayor si cabe que la que tenía en España. Y eso se debe a dos cosas principalmente:

Primero, cuando encuentras personas con las que compartir tu fe, tus vivencias y tus esperanzas. Con la que compartir la Eucaristía, y momentos de oración.Segundo, cuando encuentras un sentido a la labor que estás haciendo, y puedes comprender que cada paso que das y cada día que vives es una nueva oportunidad de servir a Dios y llevar su Palabra, allí donde el Señor te ha puesto. Y he dicho sentido, que no fruto… sembramos con gozo, y los resultados se los dejamos al Espíritu.

Vivo en la ciudad de Santiago de los Caballeros. La segunda más grande de República Dominicana. No es una ciudad tal y como la conocemos en España. Aquí hay mucha inseguridad, violencia, desigualdad social y difícil acceso a cosas tan básicas como agua corriente, luz o salud en condiciones. Mi trabajo aquí es con jóvenes, y podría decirse que se divide en dos vertientes:

La parte social, donde estoy trabajando como promotor de jóvenes en el centro social CEFASA. Mi labor aquí es capacitar y dar herramientas a los jóvenes para poder analizar la realidad sociopolítica que los rodea, siempre a la luz y valores del Evangelio, y una vez comprometidos con ésta realidad, les ofrecemos alternativas para ser agentes de cambio entre sus seres queridos, compañeros de estudios y trabajo. A la larga tenemos la esperanza de conseguir un país más justo por medio de las nuevas generaciones emergentes.

La parte espiritual es más un misionero “al uso”. Visito grupos de jóvenes, capillas, iglesias y parroquias, catequesis, pastorales… acompañando a éstos en sus procesos. Un ejemplo de este trabajo sería consejero espiritual de distintos coordinadores de pastoral juvenil, y líderes de jóvenes, analizando las problemáticas sociales y espirituales a las que se enfrentan, y buscando juntos en la Palabra y por medio de oración respuesta a estas problemáticas. Es mucha responsabilidad, pero estoy maravillado y contentísimo con este aspecto de la misión.

No todo es fácil a día de hoy. Me enfrento a problemas que nunca antes imaginé tener que enfrentar (por ejemplo, dos huracanes). Aún hay cosas por mejorar en mi vida como misionero, como jóven, como cristiano: es un proceso y un camino que estoy haciendo con muchísima ilusión. Se que estoy justa y exactamente donde debo estar. Donde el Señor me quiere.

jueves, 20 de julio de 2017

MANOS Y PIES

Muy buenas, querida Familia. 

Ya han pasado los primeros meses de misión, y no podéis ni imaginaros lo diferente que es de la perspectiva que yo tenía antes de entrar al avión.

¿Qué os digo? Recuerdo las palabras del Sacerdote José María Rojo, Presidente del IEME (Instituto Español de Misiones Extranjeras) “cuando pasas un mes de misión ad gentes en otro país, puedes escribir un libro. Cuando llevas un año, te verías capaz de escribir un pequeño texto. Cuando llevas toda una vida, no sabes ni qué decir.”


Esta frase se me hace totalmente real. Os podéis imaginar lo complicado que es condensar todas las experiencias, vivencias, visiones e impresiones que estoy consiguiendo. No es solo porque el lugar es distinto, es también por la manera en que me lo veo todo... voy a intentar explicarlo de todas maneras.
La misión... A día de hoy, para mí, la misión no es un sitio concreto, o una serie de actos. No es ir cuanto más lejos de tu familia mejor. No es cambiar el mundo, ni ser diferente a lo que eres. La misión no es, ni por asomo, un acto heróico y sobrehumano.

Entonces, ¿qué sentido tiene haber dejado por tres años la gente que tanto quieres? Si tanto bien estabas haciendo en España, ¿para qué ir tan lejos? Esa pregunta siempre ha rondado mi cabeza desde hace unos años. Porque el deseo de mi corazón era la Misión Ad Gentes... pero tampoco quería equivocarme ni sabía darle sentido a la vocación que el Señor puso en mí.

¿Dónde, entonces, radica la esencia de la verdadera y pura misión? Él me ha enseñado que el secreto está en el cambio de ámbitos. !Claro¡. Olvidarte de conseguir la felicidad tal como tú crees y el mundo te propone. Perseguir el ideal del Reino. Dejarte enamorar por la Gracia de Dios, y observar cómo no solamente te inunda a tí, sino que se derrama a tu alrededor. Caminar con la esperanza de que esta hambre y sed de justicia será saciada por el Espíritu.

Ser misionero no es otra cosa que ser tú mismo al lado de Dios. Y si algo he descubierto en estos primeros meses es que estar al lado de Dios es estar al lado de ellos. Cuanto más pienso en ello, más se alegra mi corazón. El Dios de Jesús se hace presente con mayor intensidad y poder en cada pueblo que está sufriendo. En el milagro de las pequeñas cosas. Ya no conozco al Señor porque alguien me lo ha dicho. Yo lo he visto y oído.

Por eso cobra sentido la frase de J.M. Rojo. ¿cómo describir la voz y la imagen de Dios, tan majestuosos y gloriosos a través de las palabras y rostros del más pequeño de sus hijos?

Por favor, te lo pido por todas las misericordias del Padre, tú que me lees. Si Jesús te llama a levantarte del sillón y embarrarte los pies, no tengas miedo. Te está dando la oportunidad de, siendo tú mismo, ser sal y luz. Manos y pies. Te está dando la oportunidad de conocerlo cara a cara.


lunes, 17 de julio de 2017

LA ACOGIDA DE LOS SENCILLOS

La brisa del océano nos envuelve, abraza, acaricia nuestras vidas y nos acoge al son que marcan las olas al romper en el malecón. Como todo comienzo el de esta nueva misión no está siendo sencillo. Ser una familia numerosa, las peculiaridades de cada uno, las necesidades especiales de algunos, contratiempos inesperados de salud, problemas de movilidad, los diferentes ritmos familiares y laborales,…

Sin embargo, cada día tenemos que releer lo vivido y dar gracias, mientras el atardecer vuelve a ser un regalo de tonos rojizos, anaranjados, ese remanso de paz que alivia nuestra carga, sosiega nuestras almas y renueva nuestra ilusión.

¡Cómo quejarnos ante tantos detalles signos de tu amor!

Entre ola y ola, casi sin hacer ruido, toca nuestras vidas la presencia de Yita, una enfermera jubilada que se entrega con todas sus ganas a atender a cinco ancianos que no tienen quien los mire. Cada semana los visita, los baña, limpia y asea sus ranchitos, cura sus heridas y de paso les deja cocinando alguna pequeñez para que coman.

Hace unos días, tras la caída de Ana, una señora se acercó y después de preguntarme por su salud, me introdujo en el bolsillo un sobre: “Entréguele a Anita”, me pidió. Al llegar a casa y abrirlo descubrimos un “billetito” para apoyarnos con los gastos de medicinas. Entre vergüenza y sorpresa ese pequeño gesto fue luz y aliento en nuestra debilidad.



Sonriente, nos recibe con un abrazo de esos que conmueven el corazón, nos siente compañeros en su misión y en un momento de fragilidad narra como, sin que nadie lo sepa, lucha día a día para vencer un cáncer de piel. Busca nuestro consuelo, una palabra de aliento y sin saberlo, ni pretenderlo nos da con su testimonio lecciones de vida y entrega.
La salud en nuestro querido Ecuador poco a poco ha vuelto a ser artículo de lujo. La diócesis a pesar de su interés, no puede ofrecernos un apoyo económico. El terremoto quebró todas las posibles previsiones y la situación es compleja. Es de la mano de los sencillos, de los pequeños que la “Providencia” se hace presente.

Algo parecido vivimos un miércoles al terminar de dar las clases en el seminario. Un seminarista, de los que más dificultades económicas tiene, se nos acercó con una bolsita en la mano y nos dice:”le ruego que me lo acepten”, al abrir la bolsa descubrimos diez dólares y él insiste: “es para que se puedan transportar y puedan seguir viniendo a darnos clases”.

Una vez más son los que menos pueden, los que más necesitan, quienes escriben lecciones de como compartir, ser solidarios, renunciando a lo preciso con sacrificio para que todos tengan, en vez de dar las sobras.



Cuando evaluamos la tarea semanal y vemos los problemas, las dificultades, la impotencia ante tanta necesidad,… tenemos el riesgo de darle la relevancia que no merecen. En nuestra oración diaria debemos recordar que eso es la misión, sembrar amor aunque no tengamos nada ni podamos nada, luchar con alegría renovada ante la adversidad, seguros de que el amor siempre, siempre da frutos. Levantarnos una y otra vez y reírnos juntos de los contratiempos. 


Este sábado día quince teníamos un día denso con un taller para los miembros de los equipos de Cáritas desde las ocho hasta casi las dos; de tarde el lavado semanal de ropa y la limpieza de casa esperaban nuestra llegada. Sin embargo el día se tornó en celebración y al llegar a casa todo estaba en silencio, limpio y la ropa lavada. De su escondite salieron uno tras otro amigos, familia que habían viajado desde diferentes lugares de Riochico a festejar al cumpleañero.

Cada vivencia es un abrazo, que nos susurra al oído: “gracias por venir, ya están en casa”.

Felices, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen.