jueves, 26 de marzo de 2015

VINCHO CASTILLO Y EL LADO SUCIO DE LA NACIÓN

Hola compañer@s de OCASHA, quiero compartir con todos vosotros un artículo escrito por un amigo, Haroldo Dilla, que explica muy bien, a mi juicio, algunos de los entresijos de la política dominicana.
Desde que llegue a este país me sorprendió la campaña de política continua que se vive con vallas de candidatos, publicidad, actos, reuniones, etc. A los dos meses de ganar el presidente Danilo Medina las elecciones en el año 2012 se comenzaron a instalar carteles de futuros candidatos, de su mismo partido, para las elecciones del 2016.
Pues bien, en este artículo que os paso a reproducir, mi amigo Haroldo hace una descripción fiel a la realidad, una radiografía de unos “personajes” que durante años han estado viviendo de la política y que están sembrando este país de odio. Un odio irracional, un odio hacia los extranjeros, un odio inmoral y sin sentido.
Estas personas que os van a describir a continuación son los miembros de la familia Castillo (Vincho, Vinicito y Pelegrin), no tiene desperdicio el texto. Lean y podrán comprobar la talla de algunos “políticos” dominicanos.
“Todo sistema político contiene poderes fácticos que logran imponer decisiones por encima de los cauces formales de la política. Y en nuestro país son muchos y muy relevantes a la hora de entender la política: familias burguesas prominentes, asociaciones empresariales, la jerarquía eclesiástica encabezada por el cardenal más afrentoso del continente, los militares, la embajada gringa, camioneros y concheros, etc. Pero si observamos el listado anterior, no es difícil advertir que cada una de las partes mencionadas posee algún atributo que garantiza su poder, dinero, autoridad “espiritual”, capacidad de movilización, etc., lo que no es el caso de la familia que comanda Vincho Castillo y que ahora mismo os vamos a presentar.
Vincho Castillo (patriarca del clan) y sus hijos conforman un hampa temible en la República Dominicana, un genuino poder fáctico que brinca sobre las leyes y desconoce toda ética diferente a la que emana de la desfachatez política. El clan Castillo no se distingue por su dinero, ni por su abolengo tradicional, ni por sus atributos geopolíticos. Como partido son un fracaso que nunca ha remontado el 1% de los votos. Pero en cambio poseen un don fundamental para mantenerse en el juego político de la media isla: una habilidad sorprendente para la difamación y la conspiración mañosa. Todo el mundo sabe que caer en la lengua de Vincho Castillo y de sus descendientes es exponerse a ser cocinado públicamente en un caldo espeso de medias verdades, mentiras y chismes, con posibilidades muy limitadas de defensa.
Ello explica, por ejemplo, que esa entelequia que se llama Fuerza Nacional Progresista, el partido familiar, posea una presencia tan desproporcionada en el aparato del estado. Además de las inserciones particulares, controlan directamente un ministerio, una dirección nacional de la complejidad de migraciones, una diputación y un departamento en la cancillería. Y que en cada uno de estos lugares han hecho las cosas de la peor manera posible para la sociedad, sin que nada les pase.

Primero fue Vinicito, una criatura particularmente desagradable que ha escalado a una posición de legislador sin que nadie lo haya elegido, a quien el portavoz presidencial tuvo que exigir un poco de cordura y decencia en su trato al presidente Medina y su equipo más cercano. Cuando escuché al portavoz presidencial, no tuve otra opción que simpatizar con él. Creo que tuvo razón cuando exigió decencia y cordura a Vinicito Castillo. Le pidió lo que ni el diputado que nadie eligió ni su familia pueden asumir. Sencillamente porque basan su existencia en la indecencia y la insensatez.

En cualquier democracia medianamente consolidada que aprecie en algo a la probidad pública, ya Pelegrín Castillo hubiera sido destituido por su enrolamiento en actividades comerciales ajenas a su cargo y sospechoso de tráfico de influencias. Y ya se hubiera encausado a otros miembros de la familia por sus enrolamientos en actividades racistas que han clamado por la violencia contra terceras personas. O hubieran mandado para su casa el director de migración, un hombre que ha afrontado numerosas oportunidades de hacer las cosas mal, y las ha aprovechado todas. Pero nada de esto ha sucedido, sencillamente porque estamos presenciando el enfrentamiento entre un sistema débil y corrupto y una familia que ha trabajado seriamente para corromperlo.
Vincho Castillo y su gavilla de ineptos y difamadores atrincherados en la Fuerza Nacional Progresista han sido el caramelo venenoso que Leonel Fernández (expresidente 8 años y que después de recibir dinero del narcotráfico y estar acusado de malversación de fondos públicos quiere volver a ser presidente para 2016) ha regalado a la sociedad dominicana, desde los lejanos tiempos en que el palero de todos los tiempos hacía campaña sucia contra Peña Gómez para facilitar la victoria electoral de quien entonces se presentaba como una esperanza de renovación nacional. Ha sido Leonel Fernández quien lo ha recolocado en la política nacional, entregándole los lados más sucios del sistema. Y ha sido Leonel Fernández quien, en un arrebato de sinceridad, se proclamó en cierta ocasión un “vinchista” convencido, colocando a este difamador profesional al mismo nivel de Juan Bosch, un hombre del que se podrá disentir en muchas cosas, pero nunca dejar de admirar su integridad ética”.
Espero que encontréis en estas palabras de un amigo y compañero dominicano, la explicación de la actual situación que vivimos en este país maravilloso, rico en materias primas y en hospitalidad, más sin embargo algunas “familias”, con su odio y maldad, están sembrando un caldo de cultivo que terminará en situaciones violatorias de los Derechos Humanos y que atentaran contra la dignidad de las personas más vulnerables que viven en este país.

viernes, 20 de marzo de 2015

UN POCO DE HISTORIA - VALLEJUELO

                  A la puerta de casa

            En este segundo envío voy a compartir con vosotros un poco de Historia de Vallejuelo, municipio perteneciente a la provincia de San Juan, donde llegué una vez visitados a los compañeros de Ocasha en República Dominicana. Aquí se encuentran la Parroquia y el Colegio San Andrés, que forman parte del proyecto al que fui destinada en mi tarea misionera.

             Vallejuelo es relativamente un municipio joven. Desde 1912  se asentaron familias de otras zonas como Jorgillo y El Guayabo. Hoy en día estos campos pertenecen a Vallejuelo; ya  les he visitado y  he compartido algunas celebraciones de la Eucaristía comprobando que faltan líderes responsables que puedan potenciar estas comunidades. La Misa es mensual, eso si se acuerdan de convocar, más de una vez hemos tenido que irnos sin celebrar. Los demás domingos realizan la Celebración de la Palabra.
            Las actividades comerciales comenzaron en 1936  al instalarse el primer aserradero. Los pobladores todavía usaban el método de trueque intercambiando productos agrícolas por sal. No hay información sobre el origen del nombre de Vallejuelo. Se puede confirmar que era un hato o lugar "donde paran los pastores con el ganado". También, que las primeras áreas en ser pobladas fueron Río Arriba del Sur, Capulín y Jorgillo, campos pertenecientes a Vallejuelo.


            Entre los años 1954 - 1955, los gobiernos de  Rafael Leónidas Trujillo Molina y Francisco Franco, realizaron un acuerdo migratorio que dio lugar al asentamiento campesino en  Vallejuelo, llamado Villa Radhames en honor a uno de los hijos de Trujillo.            
            Las primeras familias españolas llegaron de diferentes provincias de España: gallegos, leones, asturianos, andaluces, madrileños, de Barcelona, Burgos y otras, comenzando una nueva etapa y desarrollo para los hombres y mujeres que trabajaban sedentariamente la labranza de las tierras.

            “En el año 1955 llegan las primeras 40 familias, el presidente Trujillo entrega a cada una de ellas una vivienda construida en abeto lizo y abeto canalizado,  50 tareas de tierras, animales, vacas para alimentar a sus familiares, mulos para la carga de productos y un aporte de 150 pesos cincuenta centavos, herramientas para labranza de las tierras, los ajuares de la viviendas, sillas, mesas, camas y todos los enseres de la cocina. Trujillo posiciona estas familias en cada una de las colonias con el mejor acondicionamiento, mientras que los dominicanos de esas comunidades vivían en condiciones deplorables”.
            La primera familia dominicana beneficiada con una vivienda en esta colonia agrícola fue la dominicana que cocinó y prestó servicios a los trabajadores que construyeron la Colonia. No quiso compensación económica sino que solicitó una vivienda digna para ella y su madre alegando  que las tierras entregadas a los españoles fueron donadas por su padre.
            Los hijos de esta familia comienzan a compartir con las familias españolas y se construye el acueducto y la primera escuela primaria.


                       Las  casas son en general de una sola planta. En la actualidad, los vecinos barren las calles y acumulan las hojas en montones o las depositan junto con la basura en sacos. El personal de limpieza lo recoge y vacía los sacos en el camión de la basura.
Aún no tengo claro los días en que pasa. Se supone que diariamente…

                        La economía de este municipio depende de la producción de habichuelas, maíz, y cebollas. El “día de mercado” es el jueves, vendiéndose sábanas, zapatos, fardos de ropa usada, entre otros. Con una población económicamente activa, el 74% están actualmente empleada.
            Según el censo del año 2003 hay 15.202 habitantes de los cuales 8.021 son hombres y 7.181 mujeres.


Una de las distracciones de los niños
 es recoger los mangos, guayabas,
mamones, guanábanas… de los árboles. 
 Son ágiles y trepan con rapidez, 
sobre todo si esperan salir en la foto, 
les encanta.

Algo incomprensible para mi mentalidad es que habiendo tantos niños, sólo existe un pequeño parque infantil abandonado y destartalado en el que se divierten algunos peques.


                 El resto corretea por las calles jugando con  cualquier cosa: arena, palos, neumáticos... muchos de ellos descalzos y los más pequeños  desnudos.


  En los campitos o zonas rurales existe una gran pobreza.
FUNDASEP-Cáritas junto con Cruz Internacional Americana, facilitan la construcción de viviendas dignas para sus habitantes.


            Con ellos compartí un precioso día, con chenchén incluido, del que guardo muy buen recuerdo. Conocí un poco a esta comunidad, sus precariedades, sus ilusiones e inquietudes, sus esfuerzos por transformar su realidad, su tristeza por la marcha del párroco que les animó a implicarse en este proyecto, una mujer sola, sordomuda y sin nombre con tres niños (se les conoce como “el mudo o la muda”)… me dicen que no se les llama así de forma despectiva… ya conozco a tres,  hay bastantes casos.
            En cuanto al clima,  es subtropical en el centro y sur, donde está situado Vallejuelo. En verano es de 30°C como maxima, 21°C como minima, en otoño 25°C y 19°C y, en invierno 23°C y 15°C. En el norte es un clima templado frío debido a la altura, en invierno entre 15°C y 0°C.
            Sobre las comidas, de las que hablaré en otro momento, presentaros el chenchén, un plato delicioso preparado a base de maíz triturado acompañado preferiblemente con chivo. Se prepara tanto con sal como con dulce.

                 El chenchén y el chacá son platos de origen haitiano que se encuentran en la frontera y en el sur, vinculados a festividades y ceremonias. Con influencia africana. Se consideran platos de tradición cimarrona, de negros de la montaña, donde se daba maíz y era un plato fácil de preparar. 
El chacá es una especie de postre hecho de maíz chasqueado, mas entero que el que se usa para preparar el chenchén. Este plato se disfruta en Semana Santa, al igual que las habichuelas con dulce. La verdad que ya los he probado y son platos deliciosos.
                                                                                                                           
                Pasando a otros temas, decir que en las mañanas colaboro junto a una profesora en el apoyo escolar de 28 niños de 3º y 4º curso de Básica que aún no sabe leer ni escribir. Ha sido otra forma de contactar con los niños y a la vez con las madres, incluso haciéndome presente en algunas casas. Estoy contenta, se ve su interés por aprender, sólo que no nos da la vida y estamos acabando el curso. Hay que estar leyendo con ellos individualmente, en sus casas resulta difícil, incluso tampoco saben leer. Pienso en tantos profesores que en España están desempleados y tanto que hacer aquí…
               Estos últimos días, el Evangelio nos habla del  amor al que nos llama el Señor.
Amar a Jesús. Amarnos a nosotros mismos. Amar al prójimo no sólo de palabras sino con obras, sintiéndonos amados por Él.
               La verdad que  cuesta, aun estando agradecida y contenta por esta experiencia y sabiendo que tengo respaldo,  a veces sin entender lo que veo me pregunto qué hago aquí. Pero en este contexto en que una vive al día y con lo mínimo, es fácil dejarte en las manos de Dios y sentir su presencia. 
               Y si una se mantiene unida al tronco dejándose cuidar y podar por el Viñador, también recibes la savia y la gracia del Espíritu Santo con la fuerza para ser testigo de esperanza  en esta tierra  de grandes desigualdades, de alegría, de mucha acogida y dar los frutos que Él espera. 
               Ese es mi propósito, junto con mi disponibilidad de colaborar en lo que se necesite,  así lo pido en la oración y que se haga la voluntad de Dios.
Que allí donde nos encontremos, seamos los testigos de esperanza que el mundo necesita.
Saludos para todos.
Charo Corcuera García. Vallejuelo. Diócesis de San Juan de la Maguana.
 República Dominicana.