lunes, 4 de junio de 2012

Desde Jimaní (República Dominicana)
Algo más cercana a ell@s.
 
    Muy buenas a tod@s, 
Supongo que os preguntareis el porqué de este título,  ¿verdad? Espero poder desglosarlo mejor en esta entrada. 

Llevo dos semanas fuera de Jimaní, me tuve que ir para Santo Domingo al ponerme enferma, he pasado un dengue no muy grave, Gracias a Dios. Pero eso ha hecho que me cuestione la vida de las personas con las que día a día estamos en Jimaní. Ell@s tienen un hospital, la verdad que supuestamente no se pueden quejar a nivel sanitario, pero no creo que sea así en la práctica.


Yo soy muy afortunada, porque mi vecina es médico, y nada más darme la fiebre ellos me vieron y me recetaron, ya es algo a mi favor, eso unido a que no me tengo que preocupar por tener pesos (dinero) para comprar las medicinas que necesito. Eso ya me hace bastante diferente a la vida de muchas personas.  A la hora de hacerme análisis, por mi color de piel, ni me hacen esperar, mientras que a otros hermanos haitianos aunque hayan llegado los primeros, los atienden los últimos (y si eso). Además yo tengo un seguro con el que puedo ir a una clínica privada y ser muy bien atendida, otros mueren en sus casas por una simple deshidratación, por no tener dinero para ir a la farmacia o porque ni se pueden trasladar al hospital.

Quizás suena demasiado “fuerte” pero me ha cuestionado mucho este tema. Habéis visto la entrada y las fotos del mercado de Malpasso, hay muchas personas que allá trabajan, que intentan luchar por comer cada día en esas penosas condiciones, es bastante fuerte ver como está el lugar y como están las condiciones higiénicas del espacio. Además con las lluvias se suele dispersar mas los mosquitos, las enfermedades,… vamos que no ayuda nada estas lluvias y ya estamos en la temporada.


Siento si esta entrada ha sido de lo más seria pero me cuestiona bastante y como siempre os intento compartir lo que vivo, ahora toca esto.


En cuanto a el porqué del titular, es porque me dado cuenta de que todo el mundo, vecinos, miembros de los grupos que acompaño,… han estado pendiente de mi salud, han preguntado a los compañeros de trabajo, han llamado y hasta han rezado en diferentes profesiones religiosas por mi,… cuando he llegado, me he sentido mas cercana, se han abierto mas, me he sentido mas de acá, pese a yo sentirme mas distanciada por mis “privilegios”  Ell@s me han sorprendido entendiéndolo y acompañándome en ello. 


Sé que nunca podre llegar a sentir lo que ellos sienten, pero esto acerca más, te hace empalizar desde el dolor, el sufrimiento, tener la familia lejos… y doy gracias a Dios por poder sacar mi parte tan positiva de esta enfermedad.


Eso si, vengo de lo más renovada, más reforzados como equipo, pues Pedro no se ha movido de mi lado y eso nos ha unido más. Mucho mejor de salud, pero sobre todo con muchas mas ganas de trabajar para que entre tod@s podamos cambiar algunas conciencias, algunas opiniones y poder seguir aspirando a otro mundo posible, en esta bendita frontera dominico-haitiana.


Un besazo, Inma.


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