martes, 9 de abril de 2013

Un futuro mejor para Santi

Nos gustaría compartir con todos y todas una historia que nos ilusiona y nos impulsa, porque es una historia de amor y nos transmite un mensaje de esperanza, que sobrepasa a la razón.
De excursión a la Angostura con Jorge y Marisol
Marisol es una mujer de Zaragoza que después de quedarse viuda, a los 56 años, decidió hacer algo que siempre había deseado, y es dedicar un tiempo a realizar alguna actividad de voluntariado. De esta manera llegó a Bolivia en el otoño del 2009, para colaborar con el Hogar transitorio Creamos (el cual dirige Maria Teresa Losada, vieja conocida de Ocasha). El día anterior a que llegase ella, había llegado un bebé prematuro que había sido abandonado, por lo que le pidieron a Marisol que se encargase de él, ya que es enfermera y tiene experiencia en recién nacidos. Esos dos meses que estuvo en Cochabamba se dedicó plenamente a ese bebé, Santiago, que marcó su vida más de lo que ella hubiese imaginado.
Santi con Jorge, otro voluntario español
Después de ese tiempo Marisol se volvió, pero ya no era la misma...se implicó y se dejó cambiar por esa experiencia, por esos niños y todo el amor que ellos necesitaban y entregaban.
A los 6 meses a Santi le detectaron un tumor, que le estaba causando crisis epilépticas, por lo que fue operado. Marisol estuvo atenta y dispuesta a ayudar desde la distancia, preguntando a profesionales de su hospital y estudiando la posibilidad de traerse a Santi para España. Fue moviendo esa posibilidad, pero finalmente fue denegada, por lo que lo descartó y volvió a viajar al año siguiente, para compartir otros dos meses con los niños del Hogar.
Estos tres años, Marisol ha seguido su compromiso desde España, buscando recursos y sensibilizando a su gente cercana y viajando a Cochabamba durante su tiempo de vacaciones. En este último viaje, en otoño del 2012, se le abrió una puerta que ella ya pensaba que estaba cerrada, y era pedir la acogida con derecho a adopción. Sorprendentemente se lo aceptaron, y lo digo con sorpresa porque no cumple con los criterios: se pasa de la edad permitida y no dejan que se elija al niño que quieres acoger o adoptar. Sin embargo, Santi había sido rechazado ya dos veces por parejas que querían adoptar, porque en sus informes previos se describe sus dificultades y, aunque ahora está muy bien, sigue teniendo cierto retraso en el habla y en el área motora, cosa que hace que la gente se asuste y no haya querido adoptarle. Por esta razón, han hecho una excepción, y
Día en el que le concedieron la guarda
muy bien hecha.
Desde la razón, todos pensamos ¡qué loca! ¡si tiene edad de estar tranquila en su casa, de viajar y no complicarse la vida!...pero cuando la conoces y ves lo que piensa y siente Marisol, te das cuenta de la oportunidad que está ofreciendo a este pequeño, que ya estaba abocado a vivir en un hogar en Bolivia. Por eso, si lo piensas, este tiempo que le va a ofrecer Marisol, es una oportunidad de crecer sintiéndose querido, sintiéndose parte de una familia, teniendo un hogar y una posibilidad estupenda de crecer y construir su vida junto a ella.
Mar y Santi
Por esta razón, a nosotros es una historia que nos ilusiona, nos da ganas de seguir viviendo y trabajando, porque en cualquier momento, aquellos niños que están más abandonados o rechazados, pueden tener una puerta abierta que les ofrezca un futuro mejor.
Aquí estamos, acompañando a Marisol y a Santi, que se ha convertido en el nuevo compañero de clase de nuestra hija pequeña, Mar. ¡ánimo con esta aventura que acaba de comenzar! el amor todo lo puede....

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