jueves, 18 de abril de 2013

Desde Pedernales con amor


Hace tiempo que no os compartía que tal me va en el nuevo proyecto, así que en esta entrada os contaré en que acompaño y estoy haciendo en Pedernales.
Estoy en un Centro de Nutrición (llamado “Divino Niño” e inserto en un barrio, loa Cayucos, de los más empobrecidos del pueblo). Recién se acaba de abrir para la atención de niños/as entre 5 y 10 años con desnutrición. Estoy llevando el área social, acompañamiento a las familias y a los niños/as, pero también ahora estamos viendo la organización y la programación, lo normal de los comienzos.
Jóvenes celebrando la Resurrección
Tenemos dos tandas de niños/as, los de la mañana y en la tarde que son alrededor de 97 más o menos. Además de venir a comer, les preparamos una hora y media en que le damos formación: Refuerzo escolar, lunes y miércoles; Despertar cristiano, los martes; Temas importantes, como los derechos del niño, los días internacionales, nacionales o locales,…; y los Viernes son lúdicos con lectura, pintura, cine y algunas cosillas más.
También damos formación a los padres los domingos, en diversos temas: higiene, nutrición, comunicación, resolución de conflictos, salud,..
Además, también estoy acompañando la Pastoral Social con el estudio, seguimiento y acompañamiento de algunos casos, sobre todo de migrantes haitianos a los que se les apoya y se les ayuda a vivir más dignamente.
En la parroquia, Nuestra Señora de la Altagracia, hay que tener en cuenta lo organizada, dinámica y activa que es, tenemos casi todas las pastorales y cada día tenemos actividades pastorales.
Vigilia de Resurrección
Esta semana santa, como la pasada fue diferente, no subí a la loma, me quedé en Pedernales acompañando la Pastoral Juvenil, muy diferente a lo que tenía acostumbrado en España, jóvenes (más bien adolescentes) con ganas de vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Ha sido un gran regalo estos días. Tengo que compartirles también lo cómoda y lo bien que estoy en la Parroquia, no solo por la comunidad que me ha acogido muy bien, sino también por el Padre Antonio (por cierto de mi diócesis de Ciudad Real) por la comunidad de Altagracianas y de las Mercedarias de la Caridad, tengo una nueva familia, aunque el equipo estemos lejos. Con Pedro nos vemos a menudo hacemos por compartir espacios, tiempos y llamadas.
Se me olvidó comentar que al igual que hacía en Jimaní, acompaño a algunas mujeres migrantes a aprender a tejer y coser para poder producir monederos, aretes, pulseras,… y venderlas con el fin de sacar algunos pesitos para la familia.
Sigo estando en frontera, sigo estando con empobrecidos, migrantes y dominicanos, sigo en el Sur, … Feliz, contenta, adaptándome al nuevo proyecto pero segura y confiada que Papá Dios me quiere aquí.
Ya os seguiré compartiendo, gracias como siempre por la oración.


1 comentario:

  1. Pues sí, no falta el trabajo... ¡y eso nos da alegría a quienes andamos por acá... medio desinflados! Un abrazo solidario.

    ResponderEliminar