lunes, 31 de marzo de 2014

Viviendo la cuaresma

                Saludos a todas y todos,

Les escribo desde la casa de María y Roger, en Sabaneta, donde acaba de terminar la misa y todo el mundo se ha acercado a hablarnos de Miguel, Paloma, Marta y Amparo. Es una gozada ser parte de esta familia, por tanto ahí van os saludos, besos y abrazos de todas y todos ellas/os. El sentir que esta familia Ocashiana crece, se llena de otros aportes y frescura. Así que bienvenidos María y Roger y gracias, Pedro, Lola, Tomé y familia.

En estos días de cuaresma, también me animo a compartirles una historia, sencilla pero con mucho por mover, o por lo menos a mí.

Tengo una compañera, que para mí es toda una luchadora, ella ha tenido cuatro hijas con su compañero, hasta que hace unos tres años se separaron, bueno los pormenores de los porqués se intuyen, pero no quisiera entrar en ese tema.

Ella, mujer luchadora en dar una buena educación y unos buenos valores a sus hijas, ha pasado a ser una persona que ha trabajado por su familia, por la Pastoral Materno Infantil en su barrio “caliente” de la capital y por seguir estudiando y formándose.

El pasado miércoles de ceniza, me pidió salir antes del trabajo para poder estar un tiempo antes en la parroquia y prepararse ya que había decidido comulgar después de que decidiera separarse de su compañero. La Iglesia en Republica Dominicana, en muchas parroquias se les niega la comunión a las personas divorciadas, no casadas por la Iglesia,… en fin como si solo unos pocos fueran los que pueden participar de la Eucaristía.

Me impactó el escucharla con tanta sencillez, el contarme como ha sido su proceso personal, el dejar de pensar en esos “fardos pesados” que demasiadas veces les echamos a los demás y a nosotros mismos, sin mirar con los ojos que Jesús miraba, con la mirada de misericordia y amor que Dios nos tiene.

Esta cuaresma, para mí está siendo diferente, hay que vivir esta conversión, pero en este año me surge mas en mi oración, el porqué no dejar de cargar los pecados en los demás, el ver los míos como pecadora perdonada, con el amor que merece también mis pecados, viviendo hacia donde los tengo que ir cambiando, limando, haciendo penitencia,… pero sin culpa frustrante sino con la libertad que nos da el sentirme hija de Dios, creada por El, y aceptándome con todo, todo lo que forma parte de mi.

Quizás no es un compartir mucho del proyecto, pero me apetecía compartir con ustedes esta historia y lo que ello me aporta.

Feliz Pasión, Muerte y la gran Resurrección.

Un besazo, Inma.

1 comentario:

  1. Sí, siempre tenemos oportunidades para convertirnos y abrir nuestro corazón, sin juzgar a quienes piensan o viven de otra manera. Feliz Pascua.

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